Tras el triunfo de la lucha magisterial en QRoo, lambiscones “glorifican” al gobierno

Eduardo Lara Pacheco

Una característica de la política mexicana es el culto al ego de quienes ocupan los principales cargos en el gobierno, principalmente de quienes ocupan el poder ejecutivo de los tres niveles de gobierno, situación que se traduce en una enorme carga al presupuesto anual, puesto que para satisfacer el ego de los funcionarios impuestos (porque ni ellos saben quién voto a su favor), por principio de cuentas se imprimen, al por mayor, fotografías del titular del ejecutivo, las cuales son colocadas en todas las dependencias gubernamentales, al puro estilo religioso de colocar en las paredes las imágenes de los santos patronos.

El culto al ego de quienes ocupan la titularidad de los poderes ejecutivos de los tres niveles de gobierno, tiene otro gasto que sangra en forma muy importante las arcas gubernamentales, además de los poster y estampitas que en toda dependencia pública podemos ver cotidianamente, un gasto que no tiene límite ni vergüenza, la compra de conciencias y opiniones, promovidas desde cualquier medio de comunicación que lo que menos tiene es honor y dignidad.

Aunque la sociedad vive en condiciones diametralmente opuestas a las declaradas por los funcionarios públicos en esos medios comprados, tanta mentira repetida cotidianamente, poco a poco va quedando en la mente del colectivo social, como una verdad, producto de una mala educación que se promueve en el sistema educativo nacional, el cual está diseñado para alienar a la población y no para liberarnos de la opresión de un sistema económico depredador, impuesto desde el extranjero.

Hoy, en Quintana Roo, los lambiscones vendidos, escupen a los cuatro vientos el supuesto triunfo del gobierno del estado ante la crisis magisterial, asegurando que el gobernador debe de patentar su método infalible para aplacar las demandas sociales en busca de justicia, sin embargo, y por el irracional culto al ego, esos quienes aseguran que el gobierno le ganó a la sociedad, se olvidan de que quienes iniciaron la protesta social son maestros, quienes, a pesar de lo que digan, son gente pensante, inteligente y preparada, que hoy en día ya no come cuentos políticos fácilmente y por lo mismo están realizando su labor educativa con la sociedad más afectada por el cúmulo de reformas legales que hundirán más al pueblo mexicano.

Por lo que antes de cantar victoria y expresar burlas contra el pueblo y el magisterio, debemos de realizar un análisis objetivo de la situación, puesto que los acuerdos tomados entre el movimiento magisterial y el gobierno del estado, tienen gran significado para el pueblo, el cual, pese a quien le pese, es el ganador de esta primera batalla de una guerra que apenas inicia en la sociedad nacional.

A pesar de asegurar que el magisterio se rindió, esos merolicos no se dan cuenta de que el héroe que les paga para escribir oraciones al ego gubernamental, la realidad es otra, totalmente diferente, puesto que el sólo hecho de haber publicado en el periódico oficial del estado la minuta firmada el pasado 21 de septiembre, demuestra que el gobernador tuvo que cumplir con su compromiso y obligación legal, y en momento alguno pudo continuar con la simulación que generó el segundo levantamiento del magisterio.

Con la publicación de la minuta, el gobernador, en forma implícita, ahora tiene la obligación de cumplir con los acuerdos tomados con el magisterio quintanarroense y con el pueblo, puesto que en dicho documento, en el segundo punto del acuerdo, en los incisos a y b, el gobierno del estado se compromete a ratificar la gratuidad de la educación, incrementar el presupuesto educativo estatal para cubrir todas la necesidades de las escuelas de educación básica y media superior, así como a privilegiar la gestión de recursos federales para tales efectos, respetando el principio de obligatoriedad y gratuidad de la educación.

Lo anterior sin considerar los acuerdos en materia laboral a los que se comprometió el gobernador del estado, por lo que, ante las publicaciones de promoción egocéntrica que se difunden, antes de lanzar las campanas al vuelo, quienes en forma irresponsable lambisconean, deberán de inventar mejores argumentos para satisfacer el ego de quien les compra la conciencia.

ES CUANTO

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