Policías de Cancún, dejan ‘mordidas a su criterio’. Filtro a la entrada de la ciudad es usado para extorsionar

Fabiola Cortés Miranda

CANCÚN, MX.- El domingo pasado, el retén ubicado a la entrada de Cancún, en la carretera 307, a unos metros de ingresar a la zona hotelera y al aeropuerto de la ciudad, parecía más bien la fila de la víbora de la mar.

En el puesto de revisión donde se ubica la caseta de policía recién construida, había una concentración de casi una decena de policías, que paraban autos y           camionetas; lo mismo de familias que de conductores solitarios. El objetivo “rematar” infracciones por un precio dejado “a criterio” del conductor.

Y me tocó.    

No era yo la que conducía, pero sí la dueña del vehículo, y mi guiador no traía licencia. El oficial, Miguel Hernández, no tardó en empezar la negociación, tal como hacía cada uno de los policías que revisaban los vehículos.

Es “curioso”, por decir lo menos, pero entre los policías que realizaban el retén no había ninguno de la Dirección de Tránsito, es decir, todos pertenecían a Seguridad Pública, por lo tanto, no tenían libreta de infracciones. La “estrategia” consistía en retener al conductor, que perdiera el tiempo, y hacerle esperar una unidad de Tránsito, para que le diera su respectiva infracción.

En domingo a las 10 de la mañana, la mayoría de los vehículos detenidos eran de familias, parejas o camionetas de tours que llegaban a Cancún, de Playa del Carmen o Tulum, para visitar la ciudad, realizar compras o ver a algún familiar; y por supuesto que lo menos que quería alguien era perder el tiempo esperando una unidad de Tránsito que probablemente se demoraría hasta el grado de la desesperación.

El oficial que me marcó el alto, insistió en repetidas ocasiones en que él me apoyaría, y “lo dejaba a mi criterio”; si me “nacía” darles para el refresco; y él y sus compañeros me evitarían perder el tiempo…

Me negué a darle un apoyo ‘a mi criterio’, y dos veces le insistí que me quedaría a esperar al agente de tránsito para que me diera la infracción respectiva, pero, el policía terminó por no cumplir con su trabajo, y en lugar de darme mi infracción, me permitió continuar mi camino.

El policía Miguel Hernández, según dijo se llamaba, puso en evidencia que en Cancún es más difícil que te den una infracción que dar una mordida, claro, ‘a tu criterio, si te nace, dejar para el refresco’…

En la foto se observa al alcalde de Canún, Paul Carrillo de Cáceres supervisando la construcción de la caseta del filtro donde policías se dedican a extorsionar.    

Aquí parte del diálogo, y el audio

POLICÍA - “nosotros no damos infracciones, informamos a la central de radio y baja una unidad, (…) si llamamos a la unidad, la vamos a perjudicar, ahora bien, se lo dejamos a su criterio”, explicó mesuradamente el oficial, quien portaba un chaleco fluorescente que ocultaba su placa.  

AUTOMOVILISTA -¿Cómo que lo dejas mi criterio?, le pregunto.

P - Ajá, le vamos a echar la mano. Ahora bien, se lo dejamos a su criterio. Insistía el policía

A -¿En qué sentido, no te entiendo.

P -No le estamos pidiendo nada. Pero si a usted le nace, no sé, un refresco o algo…, pero no le estamos pidiendo nada; solo se lo estamos dejando a su criterio.

A -Un refresco como de cuánto

P - No pues le estoy diciendo que se lo dejamos a su criterio, no le estamos pidiendo algo.

A -Discúlpame, pero prefiero que llame a la unidad, que se vayan las personas en el otro auto. La verdad es que no estoy de acuerdo. Y espero a los que hacen las infracciones.

P -Le estoy dando el apoyo, no se le está pidiendo nada, se lo estoy dejando a su criterio.

A -Si  me dices que me lo estás dejando a mi criterio te estoy diciendo que yo no te voy a dar nada, ni para el refresco, que prefiero que llames a la persona que me va a dar la infracción, que ellos se pasen al otro coche y yo me espero.

P -No hay problema

A -Sí por eso le digo

A -¿Cuál es tu nombre?

P -Miguel Hernández

P -Se le está apoyando

A -No, así no se apoya al país, Miguel. Este país está muy mal por la corrupción.

P -No por eso le digo, no se le está pidiendo nada. Simplemente (…) Adelante (…)