El mayor “logro” del gobernador Roberto Borge: “institucionalizó” la pepena

Fabiola Cortés Miranda

CANCÚN, MX.-Definitivamente, no se le puede estar escatimando todo al gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge. Sí es cierto que tiene endeudado al estado como ningún otro mandatario lo había hecho; también es verdad que en cuatro años ha privatizado todo lo que ha podido; por ejemplo desmanteló la alguna vez exitosa Hidroponía Maya, empresa que daba trabajo a cientos de indígenas de Felipe Carrillo Puerto. Tampoco se puede olvidar que privatizó la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA), se la entregó a Aguakán con todos sus activos, porque los pasivos, las deudas, la CAPA tiene la obligación de recuperarlas para la empresa. ¡Eso sí que es saber hacer negocios!

Y aunque no podemos tampoco pasar por alto que a Roberto Borge no hay dinero que le alcance, y utiliza de “cajas chicas”, lo mismo la millonaria bolsa de los fideicomisos de promoción turística, esto es, unos 800 millones de pesos anuales; que el presupuesto de las universidades, o las cuotas que se descuentan a miles de maestros; seguramente que Roberto Borge ha hecho algo bien en sus cuatro años de gobierno.

Para qué seguir insistiendo, como disco rayado en cosas como que Borge Angulo es un declarado enemigo de la transparencia; si ya le quedan menos de dos años, y pues ya no va a cambiar. O de sus leyes contrarias a derechos humanos como la recién aprobada Ley para la protección de periodistas y defensores de Derechos Humanos.

Qué sentido tiene hablar de la innecesaria mega obra llamada el “auditorio del bienestar”, que seguramente terminará bautizada como “Roberto Borge”; con un cupo para 12 mil personas y un costo de alrededor de 250 millones de pesos. Qué  caso tiene criticar esa ‘gran obra de la arquitectura’, y acusar el despilfarro, cuando hay cientos de niños en Cancún que toman clases en aulas móviles o bajo lonas improvisadas como en el Fraccionamiento Paseos del Mar. Hacer esas comparaciones, es como de amargados, de gente muy negativa…

Por qué referir todo eso cuando se puede hablar de los grandes “logros” de Roberto Borge, como su programa “Basura por alimentos”, o lo que es lo mismo, la “institucionalización de la pepena”. No me queda duda que José Antonio Mead estará ansioso de replicar el “innovador” programa del Gobernador  en todo el país.

Sin ningún regateo, se le debe reconocer a Roberto Borge que generó en la población más marginada de Quintana Roo, la “motivación” irreprimible de volverse pepenadores. Familias “felices”, salen a las calles en busca de desechos como latas, pet, cartón, fierros, casi que lo que sea, para poderlos cambiar por una bolsa de frijol o de arroz, aceite, verduras y frutas; en el tianguis del bienestar, en ese “magnífico” programa.

No hay acceso a la salud, porque ya me dirá el viacrucis que se pasa en el Hospital General para conseguir una cita, sea en Cancún o en Playa del Carmen; los dos destinos turísticos más importantes del país; pero qué tal unos paquetes de sopa de pasta o de maseca.

No hay escuelas pero no puede faltar un kilo de jitomate o de plátanos, a cambio de unos kilos de cartón…  

En el discurso de su cuarto informe de gobierno, Roberto Borge destacó que su “Programa Reciclando Basura por Alimentos” “ha generado una participación social responsable sin precedente, donde hemos realizado  mil 350 jornadas en los diez municipios de Quintana Roo, con 616 mil 576 acciones de intercambio de productos básicos por materiales reciclables”, lo que no dijo, es cuánto ha costado ese populista programa (uy, el populismo, que tanto critica el presidente Enrique Peña Nieto y de lo que reniega el actual secretario de Desarrollo Social; José Antonio Mead).

Así de distorsionada es la visión de los gobernantes, llama a la pepena, “participación social responsable”; a las madres que salen con sus hijos a buscar desechos para mal comer lo llama “participación social responsable”. En lugar de crear oportunidades de trabajo para ellas y condiciones de educación para los niños, a través de la “participación social responsable” los reduce a la “pesca” de desechos reciclables en las calles.

Roberto Borge olvidó decir cuántos recursos se han destinado al programa.

En los primeros dos meses de su aplicación el programa Basura por Alimentos requirió de una inversión de 4.2 millones de pesos, y se realizaron 59 jornadas. Si como dijo Roberto Borge en su informe se han efectuado mil 350 jornadas, saque la cuenta del oneroso programa cacha votos. La cifra ronda los cien millones de pesos. Sin embargo, según las cifras entregadas vía Unidad de Transparencia, en en 2013, se gastaron 6.3 millones de pesos en programa, y  hasta junio de 2014 se habían erogado 6.5 millones de pesos; aunque el número de jornadas era muy reducido.   

Y del programa queda un cabo suelto: quién se beneficia con las toneladas de materiales reciclables. En junio de 2013, se requirió saber a qué empresa se entregaban los mismos, pero el gobierno de Roberto Borge, fiel a su estilo, negó la información, por lo que se interpuso un recurso de revisión, el cual se resolvió más de un año después, en noviembre de 2014. La Secretaría de Desarrollo Social contestó que de agosto de 2012 a junio de 2013, se habían recolectado 84 mil 556 kilos de material reciclable, los cuales se habían entregado a la empresa “Reciclables Santa Cruz”. No se señala si se vendieron o se “regalaron”. Como dato a considerar, la empresa Reciclables Santa Cruz, con domicilio en el municipio maya de Felipe Carrillo Puerto, se creó en el 2014. Pareciera que nació especialmente para hacerse cargo de las miles de toneladas de desechos reciclables que genera el programa Basura por alimentos. La pregunta que queda es ¿y el dinero por la venta de los desechos, en manos de quién?. (NoticaribeNews)