¿A cuánto estamos de lograr que Peña Nieto, Duarte o Borge se vayan antes de terminar su mandato?

Fabiola Cortés Miranda

PLAYA DEL CARMEN, MX.-Cuando parecía que los mexicanos aguantaban hasta un piano, los acontecimientos de los días recientes parecen contradecir esa teoría.

Los que nos formamos en la UNAM, en la vieja UNAM, no en la de los fósiles que tienen tomado el auditorio Javier Barros Sierra, rebautizado como Che Guevara; empezábamos a vivir frustrados en un país donde no importa lo que pasara, la gente parecía resignada a todo, o en el mejor de los casos se limitaba a suspirar y mirar hacia otro lado.


Con doble frustración, con vergüenza y hasta con cierta envidia, mirábamos lo que pasaba en Guatemala, Venezuela o en Brasil, donde, independientemente de las ideologías y las tendencias doctrinales, algo se empezó a mover; donde resurgió el pueblo, ese trillado concepto que se ha convertido en el protagonista de marchas y manifestaciones en apoyo de uno y otro bando.

Mientras eso ocurría en otras latitudes, en México mirábamos por televisión la represión que sufría todo grupo que protestara. Las manifestaciones de maestros han sido las más sonoras, pero prácticamente a diario, se registraban manifestaciones de todo tipo: de obreros, como la brutal represión de jornaleros en San Quintín; las múltiples marchas por los 43 normalistas; las convocadas por familiares de personas desaparecidas; o las de periodistas y reporteros, en repudio a los muchos asesinatos de los integrantes de este gremio.

Pero no fue el estado autoritario, sino la corrupción la que terminó de cansar el elástico aguante de los mexicanos, esa misma corrupción que el presidente Enrique Peña Nieto ha jurado y perjurado que es culpa de la idiosincrasia de los mexicanos, es “cultural”, ha dicho en varias ocasiones.

Fue en mayo del año pasado, precisamente en Cancún, en el marco del Foro Económico Mundial sobre América Latina 2015, cuando nuevamente Peña Nieto expresó que la corrupción en México es un asunto de tipo cultural:

“La corrupción es un asunto de orden a veces cultural, que es un flagelo de nuestras sociedades especialmente latinoamericanas y que si realmente queremos lograr un cambio de mentalidad, de conductas, de práctica, de asimilar nuevos valores éticos y morales debe ser un cambio estructural desde la sociedad”, expresó.
     
En septiembre de 2014, ante los "300 líderes más influyentes de México", el Presidente ya había echado a andar su hipótesis de que la corrupción en México, o más bien, entre los mexicanos, es cultural:

"Estoy convencido de que el problema que tenemos para enfrentar la corrupción parte, primero, de reconocer que es una debilidad de orden cultural que no es privativa de México". “(La corrupción) es un problema de orden humano y para hacerle frente tenemos que partir de reconocer esta debilidad", aseveró.

La “teoría” de Peña Nieto parece ser un pretexto para exculparse y exculpar a los cientos de políticos y funcionarios que han sido señalados y evidenciados por sus actos de corrupción.

Sin embargo, parece que la liga ya no dio para más. Fue esa corrupción “cultural” la que llevó al PRI a perder siete de doce estados en los que se realizaron elecciones el pasado 5 de junio. En tres de estos estados, el PRI había gobernado de forma consecutiva desde hace 86 años: Durango, Veracruz y Tamaulipas; y en Quintana Roo desde que nació como estado soberano, hace 42 años. Veracruz, Tamaulipas  y Quintana Roo están marcados por una insultante corrupción, abuso de poder; además de que los dos primeros están carcomidos por una violencia que se respira en cada esquina.  

Aunque tal vez en algo tenía razón el presidente Peña Nieto, en el combate a la corrupción el cambio debe ser estructural “desde la sociedad”.

Y fue precisamente la sociedad la que habló y la que está, ya no demandando, sino exigiendo, un cambio.   

Lo malo, es que parece que el PRI-gobierno no entendió el mensaje civilizado y democrático que los ciudadanos le enviaron desde las urnas, porque si lo hubiese entendido, en Quintana Roo, no estaría Roberto Borge Angulo cometiendo sus últimas ilegalidades, habría alguien, en ese partido-gobierno de la disciplina que le diría a los gobernadores salientes ya párenle, antes de que las cosas terminen verdaderamente mal.

Quizás se está subestimando a los mexicanos, quizás se tiene la convicción de que México no es Guatemala, que en México jamás renunciará un presidente, como sí ocurrió en ese país centroamericano, donde ante la presión social, y frente a un país semiparalizado por las marchas, el entonces jefe del ejecutivo, Otto Pérez Molina, renunció para ser juzgado por corrupción. Actualmente, él, su vicepresidenta, Roxana Baldetti, y tres ex ministros, entre ellos el de Gobierno y Defensa, se encuentran en diferentes cárceles de Guatemala.

Si bien México parece estar a miles de años luz de que se designe una Comisión Internacional contra la Impunidad, queda una luz de esperanza, para que gobernadores como Javier Duarte o Roberto Borge, terminen en la cárcel, y restituyan a sus estados todo lo que se han robado.

Hace unas semanas era inimaginable que en Chetumal, los ciudadanos tomaran el Congreso de Quintana Roo para tratar de impedir que los diputados de mayoría priista aprobaran una serie de iniciativas enviadas por el actual gobernador Roberto Borge Angulo; quien de último, dejó endeudado al municipio de Solidaridad con más mil millones de pesos, y quien también pretende irse con la espalda bien cubierta, y designar al Auditor Superior del Estado, al Fiscal General y a tres Magistrados.

La protesta pacífica y la fuerte manifestación de descontento de la población de Quintana Roo no han sido suficientes para que los diputados del PRI, del PVEM, del Partido del Trabajo y de Movimiento Ciudadano, partidos estos últimos al borde de la extinción, terminen su vida política con un poco de dignidad; aunque sea una dignidad fingida, porque todos los que en los próximos días terminen de aprobar las iniciativas de Roberto Borge, estarán enterrando su futuro político.

Es posible y es deseable que los legisladores sigan el ejemplo de ocho regidores de Cozumel, que votaron en contra de lo aprobado por el Congreso, e impidieron que el municipio favoreciera la intentona de Borge Angulo, al igual que el cabildo capitalino Othón P. Blanco; lo mismo hicieron los integrantes del Cabildo del municipio maya de José María Morelos, donde la sesión fue suspendida.


Los miembros del ayuntamiento de Benito Juárez (Cancún), reunieron mayoría y aprobaron las iniciativas borgistas, al igual que los integrantes del municipio de Solidaridad (Playa del Carmen), Tulum, Puerto Morelos, Isla Mujeres Bacalar, Felipe Carrillo Puerto y Lázaro Cárdenas.

Se requiere de una mayoría de 6 municipios, de once, para que las iniciativas de Roberto Borge aprobadas por el Congreso el pasado martes queden firmes.

Aún le queda a los diputados de Quintana Roo una oportunidad para salir con la cabeza en alto del Congreso, o pasar a la historia como verdaderos traidores del pueblo que los eligió.

A Roberto Borge ya no le queda ninguna oportunidad, no hay forma de que revierta el encono y el repudio no solo hacia su gobierno sino hacia su persona. Y esas reformas que pretende aprobar no le alcanzarán para quedar impune.

Si el PRI quiere tener una mínima posibilidad de conservar el poder en el 2018, deberán caer las cabezas de los emblemáticos gobernadores Roberto Borge de Quintana Roo, y Javier Duarte, de Veracruz, tan semejantes en genio y figura.

Al menos que el PRI ya esté resignado a perder las elecciones en el 2018 dejará que este par de personajes se vaya feliz a gozar su impunidad y a disfrutar de las millonarias “ganancias” que les ha dejado ser gobernador.

Si la cúpula del PRI no comprende el mensaje de la sociedad, su encono y su hambre de justicia, es momento de que este partido se escinda entre los incapaces de escuchar y cambiar, y los que están dispuestos a atender las urgentes demandas sociales. (NoticaribeNews/Fotos: Quequi)
¿A cuánto estamos de lograr que Peña Nieto, Duarte o Borge se vayan antes de terminar su mandato? ¿A cuánto estamos de lograr que Peña Nieto, Duarte o Borge se vayan antes de terminar su mandato? Reviewed by NoticaribeNews on jueves, junio 23, 2016 Rating: 5

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