Se va el “hombre fuerte” del Gobernador…y no debe regresar.
Fabiola
Cortés Miranda
CANCÚN, MX.-
Miguel Ramón Martín Azueta renunció al cargo de “jefe de Despacho del
Gobernador”, una oficina que Carlos Joaquín González le creó a su amigo, y que,
en tiempos de “austeridad” nos costó a los quintanarroenses 112 millones 927
mil pesos en el 2017.
Incomprensible,
injustificable pero sobre todo inaceptable, derrochar tal cantidad de recursos
en una oficina, que los ciudadanos no saben para qué sirve y que ni siquiera se
encuentra en el listado de sujetos obligados, por lo que tampoco cumple con
poner a libre consulta la información pública obligatoria, como el destino de
su presupuesto, el nombre de los empleados que están en nómina y su sueldo. ¿En qué gastó 112 millones de pesos el jefe de
la Oficina del Ejecutivo?.
Los
112 millones de pesos que Miguel Ramón Martín Azueta gastó en el 2017 en quién
sabe qué, superan por mucho los 48 millones 273 mil pesos que tuvo de
presupuesto la Secretaría de Salud; inclusive, una de las secretaría más
importantes del estado, la de Turismo, tuvo menos dinero para gastar el año
pasado que la oficina de Miguel Ramón: 55 millones 715 mil pesos; a la
Secretaría de Ecología se le asignaron 66 millones de pesos; los dos campus de
la Universidad Tecnológica (Cancún -51.1 millones de pesos- y Riviera Maya
-23.7 millones de pesos-) y el Instituto Tecnológico Superior de Felipe
Carrillo Puerto -3 millones de pesos-2.7, tampoco recibieron el dinero que
manejó a su gusto Miguel Ramón Martín Azueta.
En
los hechos, la Oficina del Gobernador es la base de operación política del
Gobernador, y durante su primer año de existencia se encargó de controlar el
Congreso, y de quitar a los funcionarios del “paquete de impunidad” dejados por
Roberto Borge, para designar a los funcionarios del paquete de impunidad de
Carlos Joaquín González. En el primer año de operación, salió el Auditor
Superior del estado, Javier Zetina González para dejar su lugar a Manuel
Palacios Herrera; salió el procurador Arturo Álvarez Escalera para dejarle su
asiento a Miguel Ángel Pech, y quienes estuvieron interesados en ocupar esa
posición debieron pasar por el visto bueno de Miguel Ramón, lo sé de buena
fuente por el dicho de una persona que intentó, con mayor capacidad, ocupar la
Fiscalía.
En
este primer año también se creó el sistema estatal anticorrupción, donde fue
designada como fiscal, Rosaura Villanueva Arzápalo, una mujer sin ninguna
experiencia, trayectoria ni intención en el combate a la corrupción (no se nos
olvidará durante este sexenio que la ex juez penal estaba vacacionando en
Suecia mientras se desarrolló el proceso de extradición de Roberto Borge).
Miguel
Ramón contó con una millonaria bolsa y todo el poder para “operar” alianzas y
acuerdos. En noviembre, sentó a la mesa a las cabezas estatales del PRD y del
PAN, y a miembros de Movimiento Ciudadano y a la regidora del Partido Verde
Ecologista de México (PVEM), Ludivina Menchaca, una de las piezas del ajedrez
que le sobreviven al ex gobernador Félix González Canto, y a quien pretende
postular para la presidencia municipal de Puerto Morelos, con quienes empezó a
mover las piezas del ajedrez para el próximo proceso electoral, y en el que él
se adjudicó una diputación federal por el sometido partido Movimiento
Ciudadano.
El nepotismo en pleno o los
hijos de papi
Además,
desde su privilegiada posición de poder, Miguel Ramón hizo lo que sabe hacer
muy bien, ejercer su derecho de nepotismo. Le consiguió trabajo a sus hijos, a
Jorge Miguel Martín Álvarez lo colocó como delegado de Comunicaciones y
Transportes en Isla Mujeres. El joven Miguel es también conocido como el “regidor
zeta”, por encajuelar a un mecánico a quien no le quiso pagar por su servicio,
con la amenaza además de que pertenecía al crimen organizado; ello ocurrió en septiembre
de 2010, y es un hecho ampliamente difundido.
A
su otro hijo, José Abraham Martín Álvarez, lo “hizo” director del Instituto
municipal del Deporte de Playa del Carmen, donde a los pocos meses fue “removido”
porque el muchacho representaba un verdadero estorbo en la dependencia; pero
sin “trabajo” no se quedó, si no es hijo de vecino, Cristina Torres lo nombró
Director de Eventos Especiales, con un
sueldo mensual de 33 mil 158 pesos.
Sobre
los dos hijos menores de Miguel Ramón, José Abraham y Emilio existió una
denuncia por participar en una violación tumultuaria, en el 2011, la cual quedó
registrada bajo la averiguación previa 713/10/2011. En su momento, fuentes
cercanas al núcleo familiar confirmaron a la que esto escribe, que había
preocupación por las implicaciones que la denuncia pudiera tener. Pero esa
historia concluyó igual que la del “secuestro” del mecánico, en denuncias
acalladas por las influencias de Miguel Ramón Martín.
Leer:
Otro escándalo
2011
definitivamente no fue el año de Miguel Ramón Martín Azueta, pues en octubre de
ese año sufrió un atentado en el que murió su contador y compadre Rolando Gómez.
El ataque fue directo contra su vehículo, un Mercedes Benz que recibió una
ráfaga de balazos de alto calibre…
DEPREDADOR IMPUNE
En
julio de 2014 Miguel Ramón Martín Azueta inició obras en un predio de su
propiedad sin contar con los permisos ambientales correspondientes, pero además
decidió “rellenar” un cenote que se encontraba en el terreno, lo que motivó la
intervención y clausura de la obra por parte de la Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente. El predio era parte del patrimonio del estado y le fue entregado a Miguel Ramón en el gobierno de Félix González Canto a precio de oferta. Se trata
de un terreno de 5 mil 749 metros cuadrados, ubicado en la región 016, lote 001,
manzana 003, supermanzana 005, y de acuerdo a datos que pueden consultarse en el
Registro Público de la Propiedad y el Comercio de Playa del Carmen, bajo el
folio 64312, el terreno tenía un valor catastral
de 862 mil 428 pesos, y le fue vendido en 2010 a Martín Azueta en 804 mil 932 pesos, un precio muy por
debajo de su valor comercial.
Como
accionistas de MARAZ figuran Miguel Ramón Martín Azueta y la hermana de su ex
esposa, Luz María Álvarez Lapray, por lo que no existe duda que en el predio
que recibió del gobierno del estado durante la administración de Félix González
Canto, es en el que el hombre de toda confianza del gobernador Carlos Joaquín cometió,
sin el mayor pudor y a la vista de todos, un ecocidio.
De
quien ahora quiere ser diputado federal, y representar a los quintanarroenses
que vivimos en Solidaridad, Isla Mujeres, Lázaro Cárdenas y Tulum se pueden
decir muchas cosas, algunas muy conocidas, sabidas, llevadas y traídas por vox populi,
como el que le gustaba maltratar a las mujeres; que durante los años que
mantuvo con costoso cargo a los erarios, su periódico, El Quintanarroense, no
le pagó nunca a tiempo a sus trabajadores y llegaba a deberles hasta tres
quincenas; pero lo que ahora debe decirse a los cuatro vientos es que no
debemos darle ni un solo voto a Miguel Ramón Martín Azueta, ni a Movimiento
Ciudadano, el partido que en Quintana Roo no ha dejado de equivocarse al
postular candidatos …
Se va el “hombre fuerte” del Gobernador…y no debe regresar.
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sábado, enero 13, 2018
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