Meade y su amigo corrupto que debería estar en la cárcel y con bienes confiscados

Fabiola Cortés Miranda

CANCÚN, MX.- La visita de José Antonio Meade Kuribeña a Cancún dio mucho de qué hablar, no solo porque no pudo sentir ni el fingido “calor humano” de la militancia, sino porque llegó a tierras quintanarroenses a presumir una reforma para castigar “en serio” a los corruptos y terminar con la impunidad que hasta ahora protege al ex gobernador Roberto Borge Angulo, quien está siendo procesado solo por cuatro delitos.

En un evento realizado en el asta bandera, en la zona hotelera de Cancún, frente a un puñado de asistentes, Meade prometió presentar una iniciativa con la que los funcionarios que comentan actos de corrupción enfrenten procesos rápidos y que concluyan no solo con su encarcelamiento, sino con la confiscación de sus bienes y las de sus prestanombres.

“Es una iniciativa de reforma para que los corruptos y los delincuentes no solamente paguen su pena, sino que a través de mecanismos ágiles y eficaces regresen el dinero y los bienes que obtuvieron ilícitamente. Es un nuevo modelo para recuperar todos los activos de los corruptos y los criminales”, aseveró el priísta que dice que no es del PRI.

Meade llegó acompañado de lo más representativo de ese PRI que apesta, y que causa el mayor de los repudios precisamente por corrupto. Hasta el lugar de su inverosímil discurso fue guiado por Joaquín Hendricks Díaz, el ex gobernador que inició con el gran negocio de la venta de terrenos propiedad del estado de Quintana Roo a precio de remate, y actualmente integrante del Consejo Político Nacional del PRI. También lo acompañó Raymundo King de la Rosa, dirigente estatal del PRI. Solo para no olvidar queda en el pasado de King de la Rosa la “anécdota” de que fue nombrado Director General del Registro Público de la Propiedad por el entonces gobernador Félix González Canto sin cumplir con el requisito legal de ser licenciado en Derecho, por lo que más tardó en sentarse que en irse del puesto; también queda en el anecdotario el dispendio de millones de pesos que hizo para promocionar su imagen con el pretexto de su primer informe como diputato y do federal. Eran los mejores tiempos del viejo PRI, esos en los que llenaba cualquier plaza con miles de acarreados y de militantes convencidos. 

El precandidato del PRI pronunció un discurso equivocado en un lugar equivocado: Quintana Roo, donde el proceso en contra de Roberto Borge Angulo apunta a terminar en una triste comedia para los quintanarroenses, porque ni la SEIDO ni la Fiscalía General del Estado hicieron su trabajo, y no lo hicieron bien precisamente por esa complicidad que bien ha señalado Javier Corral; porque en Quintana Roo, el “gobierno del cambio” no quiere tocar las entrañas de ese PRI y ese sistema corrupto en el que ha participado la plana mayor del Revolucionario Institucional.

El discurso de Meade bien le acomoda a una buena parte de esos priistas con los que convivió en Cancún, como el ex gobernador Félix González Canto, quien fue denunciado en la Procuraduría General de la República por la que esto escribe, el 14 de septiembre del año pasado; la denuncia se interpuso por el remate de predios que eran propiedad del estado a precios subvaluados, los mismos hechos por los que se denunció a Roberto Borge Angulo y por los que la SEIDO lo imputó. La denuncia, con tres anexos y más de 150 hojas también fue entregada en la oficina del líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, llevaba el sello de recibido de la PGR, la Procuraduría aliada de los priistas caídos en desgracia. 

En los anexos se detallan los movimientos de los predios que eran propiedad del estado y que pasaron a manos de empresarios amigos de González Canto y de otros priístas.

Pero a más de tres meses, la complicidad sigue reinando en el México real que choca con los discursos fantasiosos de los precandidatos, en el México donde los políticos corruptos seguirán siendo totalmente impunes, donde no se les confiscarán sus bienes y en donde sus prestanombres no serán ni molestados; en el México del PRI y sus aliados. (Fotos Proceso y Jorge Castro Noticias)