Cómo vamos a dejar de buscar a nuestros hermanos, cuestiona normalista en Playa del Carmen
Fabiola Cortés Miranda
PLAYA DEL CARMEN, MX.-¿Cómo
vamos a dejar de buscar a nuestros hermanos?, dice Alexander Rojas Lázaro,
normalista sobreviviente del trágico ataque contra los estudiantes de la normal
Raúl Isidro Burgos, durante la noche del 26 de septiembre de 2014, cuando se le
pregunta sobre si aún tiene la esperanza de encontrar con vida a los jóvenes
desaparecidos.
Claro que los 43 normalistas
están vivos
Alexander
tiene poco más de 20 años, pero su fe y su esperanza son envidiablemente
infinitas. Él tiene la certeza de que sus amigos, sus hermanos, los 43
normalistas que con él cursaban el primer año en la Normal rural de Ayotzinapa,
en el municipio de Tixtla, están vivos; y él, como los padres de los 43
desaparecidos, está dispuesto a dejar su vida hasta que se encuentre a los
estudiantes que desde hace un año están ausentes.
“Claro
que sí”, responde Alexander, alargando
la frase, para que permanezca más tiempo en el aire. “(…) la esperanza talvez
ha bajado un poco porque ya es una año que se (les) perdió la pista. Teníamos
mucho más esperanza porque había muchísimos rumores de que estaban en un
pueblo, en Carretillo, en una cueva, en una Iglesia; llegaron fotografías, aunque al final nada
resultó verídico”, expresa el muchacho.
“Entre
los estudiantes de segundo de la Normal hay una frase: ‘Tenemos la esperanza, nos
sobra el coraje pero nos faltan 43, somos Ayotzinapa somos el pueblo’, recita
Alexander. “No nos podemos olvidar de ellos”; reitera.
“El único requisito para
entrar en Ayotzinapa es ser pobre”
Después
de los sangrientos hechos, los normalistas continúan en su escuela, fueron los
de primer año, principalmente, sobre los estudiantes en quien recayó el ataque.
Ahora ya están en segundo año.
“Seguimos
todos los alumnos, estamos en contra y voluntad de nuestros padres (…), pero es
más la consciencia, es más el sentimiento, de decir son nuestros compañeros son
nuestros hermanos; en Ayotzinapa no solo somos compañeros te enseñan a ser como
hermanos”. “Allí todos nos identificamos porque tenemos en común que somos
jóvenes, venimos de pueblos, somos hijos de campesinos, chavos de escasos
recursos”, dice el muchacho.
“El
único requisito para entrar en Ayotzinapa es ser pobre”, recalca Alexander, un
chico menudo, moreno, con la piel quemada por el sol; los ojos vivarachos y
todo un camino recorrido desde hace un año en el que cambió su vida para
siempre. Aunque él cambió, su circunstancia de pobreza sigue siendo la misma,
por eso continúa en la lucha. Su ropa descolorida, sus zapatos desgastadísimos
cubren sus pies resecos de campesino, contrastantes con su cara de todavía de
párvulo. La dura vida de la estéril tierra caliente, que luego continúa en las
normales rurales, no le permiten dudar ni un segundo sobre la legitimidad de su
lucha, la de los pobres.
Para
él hay una certeza: el ataque provino de parte del gobierno y fue directamente
en contra de los normalistas, porque es la Isidro Burgos la escuela “más fuerte”
entre las normales:
“Fue
un atentado directo contra normalistas de Ayotzinapa, no fue una casualidad (…)
(creo) que esto fue planeado, (por) que desde hace años hemos estado viviendo
represión contra normalistas, precisamente porque (la normal Isidro Burgos) es
una de la más fuertes sino es que las más fuerte de las 17 normales del país. (El
Gobierno) ha tratado de meter miedo a los normalistas para que ya no haya
demanda de estudiantes”, dice ninguna duda Alexander Rojas Lázaro.
El Gobierno sigue insensible
ante lo que pasó
Pero
en quien no confía el normalista ni mínimamente, es en el Gobierno; en las
autoridades: “el gobierno ha sido negligente; las autoridades han sido incompetentes,
inconscientes, no se han prestado para cooperar con los padres de familia, para
cooperar con nosotros los alumnos y acceder a las tantas exigencias que se han
dato en todo el país y en el mundo. Les vale madre todo lo que esté pasando;
son insensibles a lo que pasó. (…) Los gobiernos de Enrique Peña Nieto siempre
han sido sangrientos, cuando fue Gobernador en el Estado de México fue
sangriento”, reitera.
Rechaza
la investigación de la Procuraduría General de la República (PGR), como la
rechazaron desde el principio: “desde un principio dijimos que la PGR no hizo
una investigación seria, el gobierno siempre quiso cerrar el caso”.
Recuerda
que hay 111 presuntos culpables pero nadie sabe dónde están ni qué pasó con
ellos: “alguien tiene que saber la verdad pero todos se están encubriendo, al
gobierno no le conviene que se conozca la verdad”.
Alexander
reconstruye con precisión lo que sucedió la noche del 26 de septiembre del
2014. Los recuerdos no lo doblan, simplemente los narra. Los brutales
acontecimientos, el ataque, los disparos provenientes de todos lados, la huida,
el terror; pareciera que el frágil muchacho es invencible, pero reconoce que el
miedo se apoderó de ellos cuando empezaron a recibir a cuenta gotas la información
de los compañeros que cayeron muertos, del joven desollado; de Aldo Gutiérrez
que sigue en coma. Y al final, cuando luego del reencuentro se dieron cuenta
que faltaba 43…
La exigencia: que se
haga justicia y regresen con vida los 43
La
exigencia de los normalistas también es contundente: que los culpables paguen,
que se conozca la verdad sobre lo ocurrido la noche del 26 de septiembre y la
madrugada del 27; que regresen los normalistas, y que se haga justicia.
Junto
a Alexander viene Mario Pallares Garibay, otro estudiante de la normal de
Ayotzinapa. La visita a Cancún y Playa del Carmen la organizó la Coordinadora
Nacional de Madres, Padres y Tutores en Defensa de la Nación.
En
Playa del Carmen, desde el jueves, Jorge Palestina y Atziri Bravo, integrantes
del Colectivo Paleta Negra, iniciaron un ayuno de 43 horas, que terminó este sábado
a las 12 del día. Los activistas recibieron a los normalistas, en los bajos del
Palacio Municipal.
Palestina
y Bravo instalaron desde el jueves un campamento en la Plaza 28 de Julio, donde
el viernes recibieron la “visita” del comandante Martín Estrada, director de
Seguridad Pública de Playa del Carmen. No hubo una solicitud expresa, únicamente
una decena de policías rodearon a los campistas, durante unos 20 minutos, un
acto, sin lugar a dudas intimidatorio. Al final, se retiraron. (NoticaribeNews)
Cómo vamos a dejar de buscar a nuestros hermanos, cuestiona normalista en Playa del Carmen
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sábado, septiembre 26, 2015
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