Leyendas subieron al escenario en la segunda noche del Festival de Jazz de la Riviera Maya

PLAYA DEL CARMEN, MX.- Abrió el escenario de la segunda noche del Festival de Jazz de la Riviera Maya un trío conformado por tres músicos reconocidos como verdaderos maestros. El genial Scott Henderson, Dennis Chambers y Jeff Berlin, compartieron con los asistentes un repertorio tocado con genialidad y precisión.

Henderson, posicionado como uno de los mejores guitarristas del mundo, dejó hablar a su guitarra que emitió versátiles notas, desde profundos y prolongados sonidos hasta chispazos sonoros.

Jeff Berlin, una leyenda del bajo eléctrico, dio una muestra de por qué es uno de los mejores en su instrumento y un referente por su innovador desempeño y las múltiples tonalidades que puede generar con las cuerdas.

Berlin generó una empatía inigualable con el público pues durante el concierto habló en un fluido español y se dio el lujo de contar no dos, sino tres chistes, tal y como lo había prometido durante la conferencia de prensa previa.

Por su parte, Dennis Chambers demostró por qué ha tocado al lado de los mejores músicos, y lució su impresionante técnica como baterista: precisa, contundente y a la vez espontánea y fluida.

El repertorio entregado por el trío de virtuosos músicos ayer por la noche consistió en algunos temas originales e interpretaciones de melodías de otros artistas, como Los Beatles, del que tocaron “Come Together”

El entarimado fue dejado lo suficientemente aceitado para que lo tomara Jim Beard, que hizo con los teclados prácticamente lo que quiso, logrando siempre resultados impecables.

El músico, quien se inició en este arte desde la primera infancia, mostró en el escenario que existe una verdadera comunión entre sus manos y los teclados, capaz de emitir combinaciones que dan por resultado notas extraordinarias y perfectas. Beard deleitó al público con melodías de su autoría.

A la tercera noche de la onceava edición del Festival de Jazz de la Riviera Maya asistió una incómoda visitante, una lluvia que por momentos se volvió pertinaz y amenazaba con convertirse en un chubasco. El agua acompañó parte del concierto de Jim Beard y el del brasileño Ed Motta, quien cerró la segunda velada.

Pero los fieles seguidores del jazz no sucumbieron ante las inclemencias del tiempo; sombrillas e improvisados impermeables resguardaron, lo mejor que se pudo, al respetable, que se quedó para escuchar la melódica y tornasol voz de Ed Motta, quien imprimió ritmo y sabor que a esa hora de la noche ya se hacía imprescindible y urgente.