Los policías que reprimieron a los ciudadanos en Cancún, también son víctimas del sistema
Eduardo
Lara Peniche
Después
de haber estado en uno de los hechos más bochornosos en la historia de Cancún y
ante la irracional agresividad de los integrantes de las fuerzas policiacas,
considero importante hacer una reflexión sobre el comportamiento de los
ciudadanos contratados por el gobierno para lastimar, ofender y hasta humillar
a sus semejantes.
La
represión criminal realizada en contra de los trabajadores de la educación,
madres de familia y transeúntes, el pasado lunes 14 de octubre de 2013, en el
palacio de gobierno y sus inmediaciones, las cuales incluyen el parque de las
lonas (antes de las palapas) y la avenida Yaxchilan, en Cancún, nos debe de
hacer entender que en Quintana Roo no existe un gobierno democrático, en su
lugar se impuso una dictadura, la cual utiliza a los ciudadanos, para reprimir
a otros ciudadanos, gracias a la ignorancia que el gobierno de los tres
niveles, promueve desde el sistema educativo nacional.
Sin
la intención de ofender y mucho menos difamar a los ciudadanos que integran las
llamadas fuerzas de seguridad, los ciudadanos civiles debemos de entender de
una vez por todas que la lucha del magisterio es una lucha justa, un movimiento
social que tiene como fin último, sacar a nuestra nación de la gran ignorancia
que se promueve desde el sistema educativo, para garantizarle a quienes se
apoderan de las instituciones gubernamentales que podrán hacer y deshacer a sus
anchas, puesto que con el dinero que los ciudadanos pagan como impuesto al
gobierno, quienes dicen respetar al pueblo y juramentan su compromiso de
respetar las leyes que nos rigen como sociedad a la hora de asumir su cargo,
utilizan la ignorancia y poca preparación académica de quienes por desgracia no
tuvieron otra alternativa que contratarse como policías, a las órdenes de
quienes se enriquecen a manos llenas, sin pudor, en tan sólo tres o seis años,
y después viven de la ubre gubernamental en distintos cargos que por las buenas
relaciones o una lanita de por medio, obtienen en subsecuentes administraciones
públicas.
La
saña, el rencor y las agresiones cuasi animales con que los policías
municipales arremetieron contra docentes y ciudadanos que por desgracias tenían
actividades que realizar en las inmediaciones del palacio municipal de Cancún,
nos demuestra que el sistema educativo nacional no es, ni será, el espacio de
aprendizaje que el pueblo de México requiere con urgencia, las agresiones
salvajes de los policías, quienes equipados con casco, chaleco, espinilleras,
escudos y botas, arremetieron con total irracionalidad contra todo aquel
ciudadano que estuvo en la manifestación o por desgracia pasaba por el lugar o
circulaba dentro de un radio de uno o dos kilómetros a la redonda, demuestra
con bastante claridad el gran desprecio de quienes se han apoderado de los
cargos públicos en Quintana Roo, al utilizar la manipulación de la ignorancia
de esos ciudadanos que ante las pocas oportunidades de tener un trabajo digno y
con salario suficiente para poder mantener a la familia, se contratan como
policías.
Insisto,
no pretendo desacreditar a quienes por diversas situaciones han ingresado a
trabajar a la policía, puesto que en su mayoría, esos ciudadanos saben que
quienes ocupan altos cargos en el gobierno los utilizan para lastimar a sus familiares, amigos y todo
aquel ciudadano que se manifieste en contra de los abusos de esos mismos
ambiciosos y despiadados gobernantes, sin embargo, por su legitima necesidad de
poder llevar mendrugos de pan a sus casas para saciar el hambre de sus hijos, y
utilizo la palabra mendrugos debido a que el salario que reciben esos
ciudadanos es miserable, violando con ello el artículo 123 constitucional,
fracción VI, segundo párrafo, que la
letra dice “Los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para
satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden
material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los
hijos”, por lo que aceptan, sin más remedio, obedecer las órdenes de quienes
pretenden imponer sus intereses personales por sobre los intereses del pueblo.
Lo
que nos debe quedar claro a los ciudadanos es que uno de los más graves
problemas de nuestra sociedad son las campañas de desprestigio y encono que los
gobernantes promueven desde todos los medios, descalificando y repudiando a
todos los ciudadanos que representan la oportunidad social de cambiar las
condiciones de abuso y corrupción que privan en todas las instituciones del
gobierno, tan evidentes que el pueblo de México y de Quintana Roo ya está
despertando y para evitar perder sus privilegios, quienes usurpan el poder
democrático, utilizan a una clase social explotada y resentida contra la vida
llena de limitaciones que el sistema político económico les ha obligado a
vivir.
Concluyendo,
y para que los estimados lectores puedan tener un espacio más amplio de
análisis les aseguro que ni todos los maestros son flojos, ignorantes e
irresponsables, ni todos los policías son corruptos, ignorantes y salvajes,
puesto que tanto maestros como policías somos ciudadanos explotados por un
sistema político que se beneficia con los desencuentros y agresiones que se
provocan gracias a las maquiavélicas campañas de desprestigio social promovidas
por esos mismos que viven con lujos que no merecen, con dinero que no ganan
honestamente, por lo que imponen métodos sui géneris para que la sociedad se
desprecie entre sí, aplicando exámenes de confianza a los policías y de
supuestos conocimientos a los maestros, exámenes que están diseñados para
justificar las mentiras de los gobernantes, asegurando que los policías no
pasan su examen de confianza, por lo que son corruptos y los maestros
ignorantes, mientras esos mismo que lo aseguran viven entre lujos, producto de
la corrupción que fomentan en todos los espacios sociales.
ES
CUANTO
Críticas
y comentarios, se reciben en larapeniche@hotmail.com
Los policías que reprimieron a los ciudadanos en Cancún, también son víctimas del sistema
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jueves, octubre 17, 2013
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