Homologación del IVA: en el México del norte, protestas y exigencias; en el México del sur, prefieren callar…
Fabiola Cortés Miranda
La
homologación del IVA de 11 a 16 por ciento en las zonas fronterizas dejó ver el
México del sur y el México del norte.
En
Ciudad Juárez, miles de personas salieron a las calles a manifestarse en contra
de la medida, trabajadores de maquiladoras y fábricas tomaron las calles y
quemaron algunas piñatas con la figura de sus diputados federales, todos priístas,
quienes aprobaron la medida.
Prácticamente
todo el empresariado organizado en cámaras, participó en las manifestaciones y
exigió a sus representantes en la Cámara de Senadores que reviertan la
determinación, al tiempo que cabildea en las esferas políticas para echar atrás
la homologación del IVA que traerá un incremento en automático en la vida de
los mexicanos que viven en regiones fronterizas.
Y
mientras eso sucede en el norte; en el sur, en específico en Quintana Roo, (la reforma
también afecta a parte de Chiapas), sólo algunos de los representantes de las
cámaras empresariales y turísticas, hacen declaraciones timoratas, ¡no se vaya
a enojar el gobernador priista Roberto Borge Angulo!; y los ciudadanos ni se
inmutan, como si no se enteraran.
Por
eso los diputados priistas y la del Verde Ecologista del estado, sin ningún reparo
votaron por la dañina reforma, porque están seguros que nadie les reclamará,
que no se les cuestionará, que la opinión pública en los medios de comunicación
de circulación estatal están bien cebados y tampoco les señalarán su traición.
El empresariado de Quintana
Roo aguanta hasta un piano
Los
empresarios de Quintana Roo tampoco pueden alzar la voz, como no la han alzado
cuando les aumentan los impuestos locales, porque tienen una relación de
complicidad con los gobiernos.
Cancún
y la Riviera Maya, prácticamente crecieron bajo el manto de la corrupción, de las
mordidas, de la violación a las leyes ambientales, de la adquisición amañada de
terrenos, de la compra-venta de la tierra en la que los gobernantes han sido grandes
beneficiarios, y en la que a los consorcios y cadenas hoteleras han pagado a
precios preferenciales.
Por
eso cuando Félix González Canto, como gobernador, aumentó el Impuesto al
Hospedaje (AIH) del 2 al 3 por ciento, los hoteleros no dijeron nada; aún
cuando el gasto de dicho impuesto se pierda en la opacidad, y sea utilizado
como una gran caja de los gobiernos, pues su recaudación se traduce en alrededor
de 300 millones de pesos.
Ahora
que recientemente Roberto Borge, impuso un incrementó en el impuesto sobre
nómina, al pasar de 2 a 3 por ciento; la clase empresarial también guardó
silencio.
La
homologación del IVA del 11 al 16 por ciento, es otro golpe que los empresarios
de Quintana Roo aguantarán “estoicamente”, porque su complicidad con un
gobierno corrupto ahora los mantiene atados de manos y con un bozal.
Pero
la “culpa” es de Quintana Roo por ser un estado tan joven, donde sus habitantes
siguen siendo mayoritariamente migrantes de otros estados y países, y donde los
nativos han quedado relegados por los que llegaron. En donde pocos sienten el
arraigo y donde muchos viven en permanente nostalgia; en donde la gente ve el
estado no como el lugar donde vive, sino el lugar donde trabaja. Por eso, por
la esperanza de irse un día, no existe el ánimo de defender nada en Quintana
Roo.
Los diputados quintanarroenses
sólo son fieles al partido que les dio la vida
Los
diputados priistas de Quintana Roo son totalmente institucionales y fieles a su
partido, por varias razones, una de ellas es que no representan a nadie en
Quintana Roo, más que a su grupo de poder, y fuera de éste no son nadie; sólo
el PRI les ha dado un poco de “vidita”, no son destacados profesionistas porque
nunca se han abierto camino solos, jamás han tenido que presentar un examen
para ocupar un puesto, y tampoco son empresarios
porque siempre han vivido de la ubre familiar que a su vez ha vivido de la ubre
priista, porque Quintana Roo, a sus 40 años de haber sido fundado sólo conoce una
sopa, la que le ha recetado el PRI.
Raymundo
King de la Rosa, apenas hace un par de años obtuvo su título de licenciado en
Derecho, a través de cursos patitos, porque de leyes no entiende nada. El ex
gobernador Félix González Canto, le dio chamba como Director del Registro Público
de la Propiedad, cargo del que fue separado porque no cumplía con el requisito
de ser abogado, y a sabiendas de ello, el ahora senador le dio el puesto, y
King de la Rosa lo aceptó, hasta que se ventiló que todos los actos que
realizara podrían ser nulificados. De allí, se fue a otra chamba, de titular de
la Comisión Nacional de Población (Conapo), donde no tenía otra encomienda que
nadar de muertito; en su curriculum también puede escribir que fue líder estatal
del PRI. Entonces, cómo iba Raymundo King de la Rosa a atreverse a defender los
intereses de los quintanarroenses y votar en contra de que se les encarezca la
vida, si todo lo que es se lo debe al PRI…
Lizbeth
Gamboa Song, quien la semana pasada que se celebró el día de lucha contra el
cáncer de mama, corrió y se subió a la mesa de una curul para tomarse una foto
con Mario Fabio Beltrones, al que ve como un verdadero ídolo; es otra diputada buena
para nada. Creció al amparo del poder, del gran poder Judicial, que su madre,
Lizbeth Loy Song Encalada, ejerció durante 11 años, como presidenta del
Tribunal Superior de Justicia de Quintana Roo.
Lizbeth
Gamboa Song, licenciada en Derecho por la Universidad de las Américas y una
Maestría en el ITESM, tampoco ha destacado nunca en nada, siempre ha trabajado
bajo el cobijo de los políticos del estado. Fue con el gobernador Félix
González Canto, con quien por cierto tuvo una relación muy cercana, con el que
ocupó cargos en la administración pública, primero en la Secretaría de
Planeación, y después en el DIF estatal. El gobernador Roberto Borge la volvió
a “contratar” como Directora del Instituto Quintanarroense de la Mujer (IQM), hasta
que le cayó del cielo una diputación federal por el principio de representación
proporcional.
Román
Quian Alcocer es quizás quien más se ha “superado”; él no creció en la
aristocracia priista, pero se convirtió en uno de esos ricos nuevos por pura casualidad,
y es que su familia, era una de las propietarias de las miles de hectáreas de terrenos
donde se fundó Playa del Carmen, la Riviera Maya; y claro que a Román Quian,
después de rico le dieron ganas también de ser “político”.
Su
carrera empezó visiblemente como diputado local, cuando apenas y sabía hablar,
y más bien prefería no ser entrevistado, porque todavía era consciente de que
no tenía nada que decir.
Después
fue presidente municipal de su pueblo, un pueblo muy rico por cierto, Playa del
Carmen (municipio de Solidaridad), en el trienio 2008-2011; donde no hizo
absolutamente nada, sino sólo dejar hacer y dejar pasar, y de paso recuperar lo
que le costó llegar a la Presidencia municipal.
Román
Quian, gobernó uno de los municipios más ricos del país, con un título del
Cecyte bajo el brazo, (si mal no recuerdo hace poco se tituló de algo en una
universidad patito); porque cuando creció jamás visualizó ser nada más allá de
un pescador o un lanchero; lo malo es que llegó a Alcalde y a diputado federal y
aprobó la homologación del IVA.
También
aprobó la homologación del IVA, Gabriela Medrano Galindo, diputada por el
Partido Verde Ecologista de México, egresada de la licenciatura en Derecho de
la Universidad Anáhuac, la joven sólo conoce una forma de vida: la del
presupuesto público.
Como
la mayoría de los integrantes del PVEM, pertenece a la clase social donde se
ubica apenas el 5 por ciento de los mexicanos, es decir, los más ricos; acostumbrada
a ello, poco o casi nada les importa el sentido de su voto; lo trascendente es
seguir en la gracia de sus partidos. Medrano ha sido diputada local en Quintana
Roo, y ha estado en la nómina de asesores, en la práctica aviadores, del
Partido Verde en el Senado.
Homologación del IVA: en el México del norte, protestas y exigencias; en el México del sur, prefieren callar…
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miércoles, octubre 23, 2013
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