Bancaja pagó casi tres veces más por los terrenos comprados en México, entre éstos el Grand Coral de la Riviera Maya y otros de Cancún
MADRID,
ES.- La pus de la corrupción en México no deja de supurar por todos lados, y
uno de los casos más emblemáticos y por el que están siendo procesados altos
ejecutivos españoles es el de Bancaja, el banco cuyos fondos se utilizaron para
adquirir múltiples terrenos en Baja California, Cancún y la Riviera Maya, donde
se financió el complejo Grand Coral, del que es imagen la golfista Lorena Ochoa.
El
periódico español El MUNDO publica una nota en la que da cuenta de algunos de
los hallazgos de K2 Intelligence, una agencia investigadora contratada por
Bankia “para indagar los entresijos de la megainversión realizada por Bancaja
en Grand Coral”, cita el diario.
Una
de sus conclusiones de la investigación, es que Grand Coral compró 54 terrenos,
equivalentes a 32 mil 759.356 metros cuadrados, localizados en los estados de
Quintana Roo y Baja California Sur; lo que supuso un desembolso de 562,8
millones de dólares.
“Grand
Coral ejecutó siete adquisiciones de suelos entre febrero de 2005 y octubre de
2007; cinco de ellas fueron financiadas íntegramente por Bancaja y Banco de
Valencia. Y en todas se pagó mucho más dinero de lo que valían los terrenos”,
refiere la nota firmada por Francisco D. González.
Este
lote de terrenos financiado por Bancaja tenía un valor catastral de 150
millones de dólares, pero Grand Coral acabó pagando 540 millones por los
predios. “El sobrecoste, por tanto, fue de 390 millones de dólares, un 260%
más.
“El
26 de enero de 2006, la compañía se hizo con 2,2 millones de metros cuadrados
de suelo en la Riviera Maya para levantar el complejo turístico Grand Coral,
inaugurado en 2009 por el propio José Luis Olivas. El precio de compraventa de
los terrenos ascendió a 203 millones de dólares, cuatro veces más que lo que
marcaba su calor catastral: 50,7 millones de dólares”.
Por
las fraudulentas inversiones están siendo procesados ejecutivos y funcionarios
de Bancaja, entre éstos José Luis Olivas, Aurelio Izquierdo, Rafael Codoñer,
José Cortina, Domingo Parra; además los hoteleros Juan Ferri y José Baldó, están
imputados por apropiación indebida, administración desleal, blanqueo de
capitales, corrupción entre particulares y falsedad documental.
A
continuación parte de la nota publicada por EL MUNDO:
K2
Intelligence fue contratada por Bankia para indagar los entresijos de la
megainversión realizada por Bancaja en Grand Coral, el grupo hotelero en el que
la caja participaba con Ferri y Baldó para desarrollar complejos turísticos en
Riviera Maya, Cancún y Baja California.
El
banco decidió investigar por su cuenta el día a día de la empresa por la
preocupación que suponían la escasa participación de Bancaja en la gestión de
la compañía, la poca información sobre los proyectos, el enorme esfuerzo de
financiación que implicaban y los posibles vínculos entre los vendedores y
compradores de los terrenos. A Bankia no le gustaba cómo olía Grand Coral y por
eso investigó por su cuenta a la firma. La agencia K2 revisó la documentación
facilitada por Bancaja Habitat y se realizaron entrevistas con personal de la
entidad. También se llevaron a cabo trabajos de campo en Cancún y Playa del Carmen,
así como consultas en bases de datos, registros de la propiedad y registros
corporativos en México, España y Holanda. El resultado de todo este trabajo dio
lugar al denominado Proyecto Marte, un informe que, entre otros aspectos,
analiza los pormenores de las operaciones de suelo cerradas entre 2005 y 2007
gracias a la barra libre de dinero facilitada por Bancaja y Banco de Valencia.
Una
de sus conclusiones es que Grand Coral compró 54 terrenos (32.759.356 metros
cuadrados) localizados en los estados de Quintana Roo y Baja California Sur.
Toda esta inversión supuso un desembolso de 562,8 millones de dólares. Grand
Coral ejecutó siete adquisiciones de suelos entre febrero de 2005 y octubre de
2007; cinco de ellas fueron financiadas íntegramente por Bancaja y Banco de
Valencia. Y en todas se pagó mucho más dinero de lo que valían los terrenos.
De
hecho, la valoración catastral de todos estos solares es muy inferior al precio
de la compraventa. El resultado fue una catarata de sobreprecios millonarios
por este lote de terrenos: el valor catastral de las fincas financiadas por
Bancaja era de 150 millones de dólares, aunque Grand Coral acabó pagando 540
millones por ellas. El sobrecoste, por tanto, fue de 390 millones de dólares,
un 260% más.
El 14 de octubre de 2009,el entonces gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, inauguró, junto al directivo de Bancaja, José Luis Olivas, la primera etapa del complejo Grand Coral, anunciada en aquél entonces como la mayor inversión en la Riviera Maya.
Los casos
Un
ejemplo de lo anterior es lo que sucedió con los solares del proyecto
Vinoramas, comprados el 22 de octubre de 2007. Son 25 lotes de terreno que
alcanzan una superficie de 8.650.337,85 metros cuadrados, situados en la Baja
California Sur. El grupo, a través de la sociedad Inmacor Desarrollos, compró
estos suelos por 90 millones de dólares, cuando su valor catastral era apenas
de 5,6 millones. Es decir, los terrenos para el proyecto Vinoramas costaron 16
veces más de lo que estipulaba su valor objetivo.
Algo
parecido sucedió con el proyecto Piedras Bolas, un suelo de 860 hectáreas
frente al Mar de Cortés, en Baja California (Los Cabos). El terreno, financiado
por Bancaja y BdV, fue adquirido el 26 de enero de 2007 por 70 millones de
dólares (unos 54 millones de euros al cambio). Su valor catastral era de 16,2
millones de dólares. Así, los solares costaron 4,3 veces más de su valor. El
proyecto inmobiliario no se inició.
En
el caso del proyecto Zocatón (operación cerrada el 7 de febrero de 2007), el
sobreprecio alcanzó el 150%. El suelo, ubicado en la Baja California y con una
superficie de cuatro millones de metros cuadrados, costó 140 millones de
dólares. No obstante, su valor catastral era de 56 millones. A los
investigadores de K2 les llama la atención que en las compraventas de los
terrenos de Piedras Bolas y Zocatón, el representante de la sociedad vendedora
(Consultoría Peninsular del Mayab, Sociedad Cooperativa de Responsabilidad
Limitada de CV) fuera «aparentemente un electricista que trabajaría para una
empresa que vende material eléctrico». Zocatón se quedó también sólo en un
proyecto.
El
26 de enero de 2006, la compañía se hizo con 2,2 millones de metros cuadrados
de suelo en la Riviera Maya para levantar el complejo turístico Grand Coral,
inaugurado en 2009 por el propio José Luis Olivas. El precio de compraventa de
los terrenos ascendió a 203 millones de dólares, cuatro veces más que lo que
marcaba su calor catastral: 50,7 millones de dólares.
Otro
sobrecoste llamativo detectado por K2 es el de la operación Punta Turquesa.
Grand Coral, a través de la sociedad PDH, compró el 27 de febrero de 2007 tres
parcelas de terreno (nueve millones de metros cuadrados) por 37 millones de
dólares (unos 28 millones de euros) en Playa del Carmen (Quintana Roo). El
valor catastral de esos suelos era de 21,7 millones.
Los menores costes
Esta
sociedad, PDH (Proyectos y Desarrollos Hispano-Mexicanos), controlada por Ferri
y Baldó, había adquirido, antes de la entrada de Bancaja en el accionariado de
Grand Coral, unos terrenos en Cancún para desarrollar los proyectos
residenciales Emerald Residential Tower & Spa(16.349 m2) y Miramar(17.183
m2).
En
estas operaciones, materializadas en febrero y noviembre de 2005, invirtieron
4,3 y 18,5 millones de dólares respectivamente. De las siete grandes compras de
suelos realizadas en total por Grand Coral, estas dos, que son las únicas no
financiadas por Bancaja, fueron las que menos sobrecostes supusieron para la
compañía: Ferri y Baldó pagaron un 28% más por el suelo de Emerald y otro 60%
más por el de Miramar. (El Mundo)
Bancaja pagó casi tres veces más por los terrenos comprados en México, entre éstos el Grand Coral de la Riviera Maya y otros de Cancún
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lunes, febrero 01, 2016
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