Cancún, un destino de clase mundial… con escuelas paupérrimas
Fabiola Cortés Miranda
CANCÚN, MX.-A
unos 30 minutos de la zona hotelera de Cancún, donde el lujo y la abundancia se
ven en cada esquina, existe otra realidad que nada tiene que ver con el boyante
destino turístico que el gobernador Roberto Borge Angulo no se cansa de
presumir.
En
el Fraccionamiento Paseos del Mar, ubicado en la supermanzana 251, viven
cientos de familias que compraron una esperanza: pequeños departamentos en edificios
recién pintados que aún lucen relucientes. Pero desde hace años ya enfrentan una
cruda realidad: la falta de una escuela mínimamente decorosa para sus hijos.
Aquí,
unos 400 niños, entre infantes de preescolar y estudiantes de primaria no
tienen un aula con paredes y techo. Los niños han pasado del “salón lona” al “salón
camper” o a las también llamadas “aulas móviles”.
Ahora
mismo, 36 niños de segundo grado toman clases debajo de unas lonas, y en un “salón”
enrejado con malla de alambre. Y si en este momento las condiciones son precarias, eran
peores, de acuerdo a lo que cuenta el profesor Luis Fernando Trejo, ‘porque
ahora ya hay piso’, dice en referencia a un montón de grava que cubre el lodo.
Además, los niños ya tienen mesa-bancos, antes, cada infante debía llevar su silla
y su mesa; y al final de la jornada, se las volvían a llevar a su casa, como ocurre con el "salón" de enfrente. El
mobiliario que ahora tienen no lo entregó el gobierno del estado, fue una
donación que consiguió un padre de familia con una empresa donde labora.
Las
lonas también las obtuvieron regaladas, otras más las han comprado. El “pizarrón”,
otro padre de familia lo llevó, es de desecho, es un pedazo de pizarrón verde
que encontró tirado. El profesor Luis Fernando, quien desde el inicio del curso
ha padecido con los niños las condiciones, y ha visto cómo han “mejorado”, pide
aunque sea un pintarrón para poder dar mejor su clase.
Son
casi las 12 del día, y quedan unos cuantos niños en el “salón”. El maestro
termina de revisarles el trabajo del día, y los apresura a salir porque tiene
que poner cadena y candado al enrejado.
“(…)
esto no había nada, los padres de familia lo construyeron, haga de cuenta que
un martes, un miércoles, empezaron a reformar, a hacer cosas, a buscar apoyos,
por aquí por allá; empezaron a parar un pequeño pedacito, y luego otro
pedacito, y así fueron aumentando”, dice el profesor con 25 años en el
Magisterio, y 18 de docencia.
Desde
Campeche hasta Cancún, donde lleva seis años impartiendo clases de primaria, no
había visto condiciones tan precarias, tan inadecuadas: “ni en los ejidos”,
comenta el docente, en referencia a las zonas rurales.
Algunos
padres y madres de familia se acercan con la esperanza de que ‘el gobierno los
escuche’, ‘que se den cuenta de las condiciones en las que estudian sus hijos’. La gente aún tiene fe en los funcionarios insensibles.
“Vienen
pero no sacan nada”, expresa un padre de familia en referencia a reporteros que
han acudido a tomar fotos y a entrevistarlos.
Siete
campers y dos “salones” de alambre con lonas sirven para brindar educación a
unos 400 niños, desde preescolar hasta sexto de primaria; porque esta “escuela”,
con todo y sus condiciones, tiene dos turnos.
Los
baños también son móviles. Una pipa les lleva agua y otra descarga los
desechos.
Los
maestros tienen además la responsabilidad de cuidar que los niños no jueguen en
las aulas móviles, por el peligro que ello supone.
Poco
a poco, la situación “mejora”: “esta semana trajeron esa camper”, señala el
profesor, “pero no tiene pizarrón”, lamenta. La aspiración en este lugar es pasar del “salón
lona” al “salón camper”, aunque sea.
Los
maestros que laboran en estas condiciones son contratados por honorarios;
el contrato es por un año, y vence el 16 de diciembre, “como empresa, para no
generar antigüedad”. Una de las maestras que atiende a un grupo de esta escuela
de Paseos del Mar, suma ya cinco quincenas sin poder cobrar por problemas
burocráticos; a pesar de ello, resiste la situación.
Tres
grupos de primero, dos de segundo, dos de tercero, uno de cuarto, uno de quinto
y uno sexto, integran esta escuela; más los de preescolar. Es el esfuerzo
de los padres de familia, y los pocos recursos con los que cuentan los que han
hecho posible que sus hijos reciban educación. Ellos mismos se encargan de
construir, de barrer, de limpiar, de cuidar, y hasta de conseguir el poco mobiliario
que se tiene.
Esa
es la reforma educativa, comentan los maestros y los padres de familia.
En este lugar,
las cifras récord en arribo de turistas, la derrama económica de 119 mil
millones de pesos, que según un boletín de la Unidad del Vocero, difundido el
pasado 10 de septiembre, son un logro del gobernador de Quintana Roo, Roberto
Borge Angulo; no le dicen nada a la
gente, que lo único que quiere es que sus hijos, tengan una escuela algo decorosa, en el Cancún de la bonanza, en el polo turístico más importante de América
Latina. (NoticaribeNews/Fotos: Fernando
Ramayo)
Cancún, un destino de clase mundial… con escuelas paupérrimas
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lunes, octubre 26, 2015
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