Héctor Cacique “El Diablo”: “El Gobernador me conoce perfectamente”, “Iba al cine con el Subprocurador”
CANCÚN, MX.- Héctor Manuel Cacique Fernández alias “El diablo”, acusado de ser el autor intelectual
del asesinato de siete personas en el bar La Sirenita, ocurrido el 14 de marzo
del 2013, aseguró que el gobernador Roberto Borge Angulo lo “conoce perfectamente”;
y que el entonces subprocurador Arturo Álvarez Escalera
En un
audio de 80 minutos, grabado en la cárcel de Cancún por un representante de Amnistía Internacional, Héctor
Cacique Fernández narra, con detalles, muchos contradictorios, su detención y
su tortura de 30 horas, a la que, según él, resistió estoicamente.
En
la grabación, que no tiene fecha, pero que se puede ubicar antes de junio de
este año, porque habla de Carlos Bibiano Villa Castillo, como si aún estuviera
al frente de la Secretario de Seguridad Pública.
Héctor Cacique, sin orden lógico, con vaivenes
temporales y contradicciones, que hacen dudosa su narración, detalla las 30 horas de tortura que sufrió a
manos de los agentes judiciales de la Policía Judicial del Estado, incluyendo
al propio Arturo Olivares Mendiola, quien era director de esa corporación.
Cacique
Fernández, quien al momento de la grabación tenía 28 años de edad, asegura
tener un impresionante curriculum en capacitación y cursos de protección de
funcionarios, de escoltas y del Estado Mayor Presidencial (EMP); así como haber
escoltado, junto al EMP, a Álvaro Uribe,
presidente de Colombia, y a Luis Ignacio Lula da Silva, además de Álvaro Colón,
en las ocasiones que estuvieron en Cancún.
El
entrevistado dice conocer perfectamente a todos los policías judiciales, porque
les impartía cursos de capacitación, y porque había comprado una plaza para ser
primer comandante en 150 mil pesos, de los cuales pagó 75 mil pesos a Arturo
Olivares Mendiola, en ese entonces director de la Policía Judicial.
A
pesar de que Héctor Cacique se presenta como una persona sin vicios,
deportista, sana, apegada a su familia, con una extraordinaria preparación y
formación como escolta, con excelentes relaciones de muy alto nivel por haber
prestado sus servicios a importantes funcionarios, cercano a los gobiernos
estatal y municipal, y conocido entre el Estado Mayor Presidencial; pretendía
comprar una plaza en la Policía Judicial, lo cual es de por sí un delito, sin dejar
de lado que al tener tal cercanía con los policías judiciales, y como él mismo
lo reconoce, sabía que son torturadores…
En
una parte de la entrevista, Cacique Fernández asegura que era muy amigo de
quien fuera subprocurador, Juan Ignacio Hernández Mora, que dejó su cargo para
incorporarse al Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP)
“El
Procurador (Gaspar Armando García Torres me conoce de mano, el subprocurador
Hernández Mora, era íntimo amigo mío, nos íbamos al cine con su mamá, me iba al
cine con él, su mamá y yo. Éramos buenos amigos”, cuenta.
Del
gobernador Roberto Borge dice que además de que le dio cursos a sus escoltas,
estuvo con él y con diversos políticas en reuniones a las que ni los guardias
del propio Gobernador entraban: “hay fotos muy comprometedoras, qué va a pasar
con esas personas, si quieren jugar sucio, si yo los señaló, es algo que…,
nunca voy a salir de acá, pero él me conoce perfectamente, en eventos, el señor
Gobernador me conoce perfectamente, en eventos, no dejaba que ni entrarán sus
escoltas, los escoltas de Villa (Castillo) tampoco dejaban que entraran”.
Cacique
Fernández dice que le constan reuniones y acuerdos políticos, entre el PRI y el
PRD, en los que estuvo presente, pero que no hablará de ello porque entonces no
saldrá jamás de la cárcel: “los arreglos entre PRI y PRD, por eso no los digo,
porque esta madre se va a volver más política y menos voy a salir”.
También,
aseveró que fue escolta de un funcionario de alto nivel cuyo avión se cayó,
pudiera ser Juan Camilo Mouriño, cuya aeronave se estrelló en 2008, o la de
Francisco Blake Mora, que cayó en 2011; en el primer caso, Héctor Cacique
tendría 22 años, y en el segundo 25 años.
En
una parte de la entrevista, deja ver que por haber prestado sus servicios a
estos personajes, si el PAN estuviera en la Presidencia, a él no lo hubieran
inculpado de ser el autor intelectual del homicidio de siete personas en el bar
La Sirenita”; sin embargo, en otra parte de la grabación, comenta que cuando
salga, por sus relaciones en la Secretaría de Gobernación, los policías
judiciales que lo torturaron y quienes estuvieron involucrados en su detención,
“se los va cargar la chingada”. En ese momento, el representante de Amnistía
Internacional le cuestiona, aun estando el PRI:
“Saben
que si salgo de aquí (los agentes judiciales) y pongo un pie en Gobernación, a
ellos se los va a cargar la chingada, yo no soy cualquier pendejo”; -¿Aún con
el PRI?, le cuestiona el representante de Amnistía Internacional: “sí, con
Gobernación, yo siempre he trabajado para gobierno, yo era gato, pero para ser
gato de esas personas no cualquiera; yo sé que el día de mañana si esto se
esclarece, porque yo no le veo ya el final a esto, tengo el apoyo de gente que
me va a decir, ahora sí cuéntame, qué pasa, y ellos en su consciencia (los
judiciales que lo torturaron) no van a estar tranquilos, saben lo que soy,
saben de mis capacidades.
En
otra parte, Cacique señala que esperaba que por su amistad con los agentes
judiciales, en un momento de la tortura, lo rescataran, y se hicieran una
balacera entre sus torturadores y los rescatadores: “yo pensé que alguno de los
judiciales me iba a rescatar, por la amistad; ahorita me van a venir a
rescatar, que iban a sonar los balazos e iban a decir no mames es Héctor”…
En
la narración, el entrevistado utiliza la palabra “viejo”, una muletilla de su
propio lenguaje, que atribuye a varias personas, como a un agente judicial
cuando lo detiene y a un interno de la cárcel. Es decir, como si todos se
dirigieran a él con el mote de “viejo”. Es tan notoria esa muletilla, que el
enviado de Amnistía Internacional le pregunta por qué le dicen viejo.
Aquí parte de la declaración de Héctor
Manuel Cacique Fernández, alias “El Diablo”.
Héctor
Manuel Cacique Fernández, siempre me he dedicado al deporte, no tengo vicios,
escolté a gente muy importante, no voy a mencionar sus nombres; uno se cayó en
un avión, si estuviera el PAN no estaría yo preso. Doy cursos para protección a
funcionarios, protección a escoltas, he trabajado para la Policía, el Gobierno,
he sido escolta de presidentes municipales; le he dado cursos a los escoltas
del Gobernador.
El Procurador
me conoce de mano, el subprocurador Hernández Mora era íntimo amigo mío, nos
íbamos al cine con su mamá, me iba al cine con él, su mamá y yo. Éramos buenos
amigos
Tengo
cursos y reconocimientos del Estado Mayor Presidencial,
Era
una persona muy feliz hasta el día que me suben a una patrulla. Los de
Seguridad Pública me iban a soltar, pero llegaron los judiciales y allí se
desató este infierno.
Siempre
me daba el tiempo para estar con mi familia, para salir, si yo anduviera en una
cosa como la que ellos tan grande hicieron, no nos pasearíamos por la vida tan
libremente.
Yo
pensé que era una broma, me pasan a la oficina, yo a todos los conozco y me
dicen: sabe qué viejo, ya valió
madre; eso me lo dice Manuel Borges Ricalde, es el comandante de homicidios
Discúlpame,
me dice, pero ahora estás bajo mis guevos; me empecé a reír, yo sabía que ellos
son unos pasados de lanza, las torturas a las que someten a la gente, ‘tonces
yo pensé que era una broma, que era una prueba, porque se supone que yo iba
ingresar a la Policía Judicial yo le compré una plaza a Arturo Mendiola, pagué
la mitad de la plaza para ingresar.
Arturo
Mendiola era director de la Policía Judicial, mi íntimo amigo, nos íbamos a
comer camarones; yo le daba curso a sus
escoltas, cuando le llegó el nuevo armamento, nosotros fuimos y probamos el
nuevo armamento, dimos cursos.
Le
doy 75 mil pesos para que me dé la plaza de primer comandante, de allí me dice
que de primer comandante no se va a poder, y me dice que: vas a estar conmigo,
vas a ser jefe de mis escoltas. Pasó el tiempo y no se hizo nada, nos hicimos
de palabras y amenacé con acusarlo con el Procurador, o con el subprocurador,
como él sabía la relación que tenía con ellos, se paniqueó, me meten a las
oficinas, y Manuel me dice: viejo ya valió madres, yo estaba tranquilo, me
voltean a la pared, me agarran las manos por atrás, me vendan, cada muñeca, y
luego brazo con brazo y luego me ponen las esposas, atrás me hincan, me ponen
una venda gruesa en la cabeza, tapándome los ojos, me giran, fun, y quedo de frente hincado, frente a
todos, y lo primero que sentí fue un aplauso, pum, acá, pum, y me empezaron a
pegar varias veces y me aturdió eso mucho, pero yo no decía nada, yo en mi
cabeza decía es una prueba de los judiciales, es una prueba, es una mala broma
de Mendiola, es una mala broma de Manuel para, una novatada, yo dije, orita se
acaba y eso era lo que me mantenía tranquilo, me va a meter unas cachetadas y
allí queda, y la broma se empezó a poner más difícil; me empezaron a quemar, me
empezaron a dar toques eléctricos en el pecho, en el cuello, hasta ese momento
porque la tortura duró muchas horas, estábamos en la policía judicial, en la
zona hotelera.
Después
de 30 horas de una madriza impresionante me sacan con una camisa para variar
polo.
-Tipo
de las que usan los narcos, la Barbie; le dice el representante de Amnistía
Sí,
sí, eso fue todavía un cliché, una estupidez.
Hasta
ese momento ya me habían torturado ya me habían dado toques en los testículos,
toques es en el recto, me metieron un palo por atrás, me pegaron me bolsearon,
te asfixian con una bolsa, mientras te pegan en el estómago para sacarte el
aire y te desesperas, y luego te ponen encima de esa bolsa, para terrorearte
psicológicamente, te ponen otra, y otra, y te jalan y te están apretando así
hasta que te desmalles o hasta que hables. Pero yo nunca dije absolutamente
nada y era su mayor coraje, me decían, tú vas a decir que tú eres z, que
mataste a unas personas. Yo no tenía conocimiento ni siquiera que había habido
un problema de esa magnitud (el homicidio en el bar La Sirenita que fue una
noticia ampliamente difundida); yo estaba muy tranquilo, a mí me agarran
cenando hot dogs, en mandala, en zona hotelera, estaba platicando con unos
federales amigos míos, yo estuve comisionado en la Policía Federal
A
esa hora de la foto ya me habían torturado, la cabeza la tenía llena de
chipotes, ese, el cachazo, que traigo aquí, si usted lo toca traigo acá todo
sumido, el cachazo me lo metieron después de la foto fue con una pistola corta;
fue justamente antes de ponerme a disposición, fueron 5 torturas, fueron 5
diferentes grupos, fácil estuve allí 30 horas.
Me
daban un poquito de sqruirt para reanimarme.
Me
echaron chile habanero en los ojos, en la garganta, me metían los dedos así, y
me decían si me muerdes te rompo tu madre
Me
bolsearon, me metieron chile habanero, me pegaban, todo al mismo tiempo
En
una de esas me desmayé, me defequé, pierdes control absolutamente, me mié, me
volví a defecar, me volvía a mear, de que era tanta su saña, de que éste tiene
entrenamiento, y no que muy verga, y estaba yo así todo hincado y me apretaban
la bolsa,
No
qué entrenamiento, y dale más duró y me seguían electrocutando,
Le
cambiaron las pilas como seis veces al estongo,
Llegó
Mendiola, se me rompió la camisa, y me daba toques en el pecho: vas a ser mi
puta cabrón, y me pegaba
Querían
que inventara cosas, que dijera unos nombres de gente que ni conocía, entonces
yo no repetía nada y en eso escucho escándalo, ahí viene, ahí viene ahí viene,
y fun abren la puerta, jalan una silla, se sienta, y me dice ya llegue, y dije:
vaya, si sabes quién soy, verdá, sí mi capitán (Mendiola) cómo no voy a saber
quién es, te conozco la voz perfectamente;
Allí
está cabrón, platícame hijo, qué te pasó, ya no te va a pasar nada, qué está
pasando, le digo, oiga Capitán me están rompiendo la madre, estos cabrones me
están rompiendo la madre, de qué se trata, ya estuvo, ya fue broma, ya fue,
No
no no, y me da unas plamadas,
-Que
pasó que hiciste, de qué me habla,
Primero
que nada suélteme las esposas, me duele mucho el hombro, perdí movilidad,
cuando me quintan las esposas, me quitan las vendas, y me esposan de frente, y
le digo oigan me están madreando, qué pasa
-Dime
qué pasa, no te va a pasar nada
Me
da su palabra, y le doy la mano así, y me estrecha la mano, ora sí dime
No
sé de qué me habla, no tengo nada que ver en lo que me están diciendo, y así
como me da la mano, me suelta, me aprieta la esposa, y las muñecas, las palmas
de la mano, estuve sin sensibilidad tres meses, fue donde me empezó a pegar en
la cabeza con los codos, en la nuca,
Esposénlo
por atrás, vas a ser mi puta pinche Héctor, pinche Cacique vas a ser mi puta,
me pega en la cabeza, me ponen la bolsa, y él me apretaba el pecho y yo nada más
me sacudía, me puso los toque, me pateó los guevos, me pateó
Mi
giran para arriba, estiro los pies y se sienta Mendiola encima de mí, y me
empieza a pegar y me aprietan las esposas, me empieza a bolsear…
Y me
empezaron a decir tu mataste a fulano, sutano, tu eres jefe de la plaza, y les
digo, como broma ya estuvo bueno, me bolsean, me quedo allí tendido, y me
empiezan a dar toques en todo el cuerpo, y era tal mi desesperación y mi
cansancio, que ni me quejaba, estaba respire y respire y me daban toques (...).
Porque
la gente me conoce, yo estuve trabajando con ellos directamente, en un
principio sí tuve que pasar pruebas, cursos, y ellos tenían conocimientos para
quien yo trabajaba. La familia para la persona que yo trabajaba murió en un
accidente de avión, si ese señor estuviera vivo, yo no estaría aquí, por eso la
gente de Gobernación me conoce, por eso la gente del EMP me conoce, yo no era una
pieza importante, clave, era uno más trabajando, pero no era lo que dicen que
yo soy, yo simplemente cuidaba. (…)
Orita
te vamos a quitar las vendas, vas a declarar todo
Vas
a decir…No voy a decir nada. Pues orita vamos a ir por tu mamá, la güera, me la
voy a coger, voy a ir por tus hermanas, por tu vieja, por tus hijas…
(…)
Me
levantó la venda, y vi a un güey con pasamontañas, y ya es que vi así, dónde
estoy, era la parte de allí mismo de la zona hotelera (la agencia del
Ministerio Público), era la parte de atrás de la zona hotelera.
Fue
allí donde desperté. Me metieron cosas por atrás. Me siento mal, me avergüenza
mucho. Yo me atreví a aceptar lo de la violación no en el momento, sino como a
los 10 días que les dije pasó esto, me siento mal, porque en un principio
estaba yo choqueado, no quería aceptarlo ni decirlo.
(Siento)
mucha vergüenza de que mi familia está pasando por esto, mi miedo más grande es
que quieran hacerle algo grande a ellas.
(…)
Voy
al baño como viejito, no sé qué me hicieron, no veo de un ojo, no escucho del
oído izquierdo, me cuesta trabajo orinar, estoy mal, mal
Cuando
llego al Cereso me dicen: te están inculpando de la muerte de siete personas, y
es cuando me dicen que me están acusando de la muerte de siete personas.
Primero
me dicen que soy el jefe de Los Zeta, luego que del Cartel del Golfo; en la
cárcel Los Zeta no me conocen, los del Golfo no me conocen.
Me
han golpeado en la cárcel de Cancún, me pidieron 100 mil pesos, unos internos
que iban según por órdenes del Director (…).
En
agosto me llevan a “la Y”, donde mi iban a matar, fue una madriza, tremenda
madriza, me reventaron el ojo, me reventaron dos costillas,
(…)
Me
trasladaron al cubo, es un lugar sin baño, sin agua, allí comes, te dejan salir
20 minutos en la mañana; el día de visita yo salía esposado de pies y manos,
allí viví dos meses encerrado, no comía para no ir al baño. Mi mamá fue la que
consiguió que me sacaran de esa área (…).
Ignacio
Moreno Mejía me extorsionó mucho en Cancún, y das el dinero no porque lo
tengas; Nacho me tiró más de 200 mil pesos; pero le tumbaba a todos; si yo
pagué dinero no era porque lo tengamos, era por la magnitud del problema,
cuando yo llegué al penal me querían incendiar, me querían prender fuego, me
llevaron a una celda en “La F”, un cubano dijo no me lo tragan acá porque lo
quieren incendiar.
(…)
No
me da miedo morir. Me considero una persona demasiado inteligente, demasiado
capaz buena. Que me muera trabajando sirviendo al gobierno a mi país, pero no
que me mate un pendejo cualquiera.
(…)
Me
empecé a ganar un lugar entre todos porque vieron que yo no soy la persona que
ellos pintan, hasta el General Villa ha sido un poco más indulgente, de que era
verme era insultarme y ahora soy un preso más para él, como que no es la
historia que le contaron; él es la única persona, que jamás me ha pedido dinero,
y que jamás me ha dicho nada; a diferencia de todas los demás del gobierno,
todas las demás personas
“hay
fotos muy comprometedoras, qué va a pasar con esas personas, si quieren jugar
sucio, si yo los señaló, es algo que…, nunca voy a salir de acá, pero él me
conoce perfectamente, en eventos, el señor Gobernador me conoce perfectamente,
en eventos, no dejaba que ni entrarán sus escoltas, los escoltas de Villa
(Castillo) tampoco dejaban que entraran porque yo aquí he escoltado a Álvaro
Uribe, presidente de Colombia, a Lula da Silva, a Álvaro Colón, junto con el Estado
Mayor Presidencial, que nos invitaba a esos eventos porque requerían apoyo
logístico.
-¿Eres
gente de confianza del gobierno, por qué eres gente de confianza del gobierno?,
le pregunta el enviado de Amnistía Internacional.
La SIEDO
dijo este cristiano no es nadie, los pendejeó y se fue, hagan con él lo que
tengan que hacer, me quisieron acusar por extorsión, que yo extorsionaba toda
zona hotelera, nadie se presenta, porque yo jamás le he pedido un solo peso, no
tengo investigación por extorsión y por el homicidio que me están señalando
nadie me conoce nadie me señala, y ahora es que yo tengo conocimiento que todo
pasó el 14 de marzo y para el 16 ya me tenían a mí detenido, sin ninguna
investigación, sin ningún dato, sin nada; simplemente me la fabrican con tal de
quitarse la bronca Mendiola, con tal de
responder que estaban trabajando, cuando absolutamente todos los judiciales me conocen
y a todos loes he dado cursos.
A mí
me quieren hacer firmar, me hacen poner huellas en 5 diferentes expedientes,
creo que los iban cambiando, rediseñando o los iban mejorando. Yo no firmé
ningún expediente, no firmé absolutamente nada, cuando me daban la pluma, rayaba yo allí, y se encabronaban. Las
huellas son mías porque me forzan para que yo huellee, por eso los dedos están
separados, no están puestos normales; el último expediente lo firmé en el
estacionamiento de la Judicial (…); yo estaba sangrando, estaba muy cansado y
en ése es en el que solo uno (agente) me puso las huellas. (NoticaribeNews).
Héctor Cacique “El Diablo”: “El Gobernador me conoce perfectamente”, “Iba al cine con el Subprocurador”
Reviewed by NoticaribeNews
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domingo, noviembre 23, 2014
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