Cancún, a unos kilómetros del lujo, hay otra realidad: miles de familias de invasores y de pepenadores
CANCÚN, MX.- A
unos kilómetros de la lujosa zona hotelera de Cancún, donde viven artistas, empresarios
y políticos, y a donde cada año llegan millones de turistas, hay otra realidad,
digna de las ciudades más pobres de América Latina, la de miles de familias que
se dedican invadir casas y terrenos.
La
invasión de casas del Fraccionamiento La Selva, ubicado en la región 225, se
extendió de la noche a la mañana a los terrenos aledaños, donde cada familia
invasora fue limpiando de selva y maleza un pedazo, y delimitando su “propiedad”.
Sin
ningún freno, las tomas ilegales de terrenos han ido creciendo. En octubre de
2012, cientos de “paracaidistas”, ahora ya convertidos en miles, llegaron a
posesionarse de terrenos que son propiedad del derecho de vía de la Comisión
Federal de Electricidad, en Playa del Carmen, sin que nadie los moleste, y sin
que la paraestatal haya dejado ver ninguna acción legal a un año y medio de los
hechos.
No
es verdad que sea la extrema pobreza la que arroja a las personas a invadir terrenos,
se trata de profesionales de la invasión; muchos tienen automóviles, en los que
llegan a su “nueva casa”, porque la gran mayoría tiene otra casa; y en poco
tiempo le exigirán al gobierno que les legalice su nuevo patrimonio y que
además los dote de servicios.
Se
trata de la cultura prohijada y protegida por los gobiernos priistas.
Mientras
continuamente el gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo destaca que
Quintana Roo es el estado con mayor población económicamente activa, los
invasores aseguran que no hay trabajo, porque es más fácil y cómodo vivir de
las políticas públicas que fomentan el mínimo esfuerzo.
Borge
Angulo, también presume y se siente orgulloso de su programa “Basura por
alimento”, con el que ha transformado a familias enteras en pepenadores, desde
los niños pequeños hasta los ancianos salen en busca de desechos, de latas, de
cartón. En triciclos recogen aparatos eléctricos, bases de colchones y todo lo
que les quepa para cambiarlo por productos de la canasta básica. Es la cultura del
anti trabajo, donde la gente se apodera de un terreno, simplemente porque
puede, y donde ya no busca empleo porque de cualquier manera come, recogiendo
basura todos los días…
Esa
es la fábrica de pobres que le conviene al PRI, la de los tolerados. No los
presiona, no los molesta, porque el día de las elecciones los utiliza, entre
más ignorantes y dependientes mejor, porque es en ese momento cuando les pasa
la factura. En Quintana Roo no hay políticas de empleo permanente, programas
educativos, y culturales. Quintana Roo es un estado en donde los parques son domos,
una especie de canchas con techos de fibra de vidrio sin nada más; pedazos de
concreto despojados de vegetación en los que es imposible estar en el día por
el extremo calor; y si se llenan de maleza o permanecen un tiempo como terrenos
ociosos, corren el riesgo de ser invadidos… (Fabiola Cortés /NoticaribeNews)
Cancún, a unos kilómetros del lujo, hay otra realidad: miles de familias de invasores y de pepenadores
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jueves, abril 03, 2014
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