Con el muelle de Ultramar en Playa del Carmen, a la Semarnat ¿se le chispoteó, o se dejó ganar?

Fabiola Cortés Miranda

PLAYA DEL CARMEN MX.- El viernes pasado se realizó el primer foro con miras a impedir la operación del muelle de Ultramar, en Playa del Carmen, evento que fue organizado por la “Alianza Pro Playa”, de la que forman parte ambientalistas, asociaciones de náuticos, hoteleros y comerciantes.

           

La batalla contra el muelle de Ultramar cumplirá casi 15 años, los mismos que tiene el proyecto promovido por la empresa Servicios Náuticos Mexicanos, SA de CV.   

En el 2006, la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA), dependiente de la Semarnat, y después de una batalla legal de cinco años, revocó la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) al promotor, sin embargo, para ese momento, el muelle ya se encontraba prácticamente terminado, por lo que la dependencia ambiental mandató que no se continuara ninguna otra obra o actividad, es decir, que se quedaran las cosas como se encontraban al momento de decretarse la revocación.

Con esta determinación los empresarios promoventes del muelle quedaron atados de manos para ponerlo en operación, a pesar de ello, en varias ocasiones la infraestructura ha sido utilizada para el embarque y desembarque de pasajeros.

En este momento, el muelle ya cuenta con la autorización expedida por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) a través de la Dirección de Puertos y Marina Mercante, para iniciar operaciones, lo que significa que en algún momento, los empresarios, le ganaron la batalla a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y doblegaron la revocación que les impedía operar; o simplemente, la autoridad bajó la guardia. Eso es algo que le tocará explicar a esta dependencia.

La revocación de la Manifestación de Impacto Ambiental, ordenada por la Semarnat, se derivó de una resolución emitida por un juez federal.

Es después de este punto donde la Semarnat deberá aclarar qué pasó, comentó en entrevista Alejandra Serrano, directora para la Península de Yucatán del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), quien detalló que la empresa promovió algún recurso en contra de la Secretaría de Medio Ambiente, pero el Centro no tuvo participación, ya que no era parte en el procedimiento jurídico, por lo que se desconoce qué hizo, o qué dejó de hacer la Semarnat en materia legal, para que los promoventes del muelle de Ultramat ahora cuenten con los permisos requeridos para poder iniciar actividades cuando quieran.

  

Serrano acotó que es la Semarnat la que debe informar lo anterior, pues al no haber sido parte en el litigio, el Cemda desconoce el asunto, reconoció la abogada especialista en Derecho ambiental.

A este primer foro no acudió alguien de la Semarnat, y, de parte de las autoridades, únicamente asistió María Elena Delgado Rivera, en representación de Rafael Muñoz Berzunza, secretario de Ecología y Medio Ambiente del estado. Paradójicamente, Muñoz Berzunza, el ausente, fue una pieza clave en la autorización del muelle de Ultramar, pues el cuestionado funcionario fue primero delegado de la Profepa en Quintana Roo, y posteriormente de la Semarnat, hasta que fue cesado públicamente por el presidente Felipe Calderón Hinojosa, en 2007, durante una visita del Ejecutivo federal a Cancún.    

¿Por qué el muelle de Ultramar ha unido tantas voces en su contra?

 

Si en un principio el muelle de Ultramar, ubicado en la desembocadura de la calle Constituyentes de Playa del Carmen, pudo ser frenado, fue porque obtuvo su Manifestación de Impacto de Ambiental engañando a la Semarnat, pues no declaró que muy cerca de donde se construyó la estructura, se halla el Arrecife Jardines, el cual se vio afectado con la construcción del embarcadero, pero podría sufrir daños irreversibles de permitirse la entrada en operación del muelle.

El Arrecife Jardines es el ecosistema arrecifal más cercano a Playa del Carmen, a donde son llevados los buzos no experimentados, o quienes realizan sus primeras inmersiones; además de que es un área en la que se concentran tiburones toro, especie que también es visitada por el turismo.

Pero más allá de la actividad turística que se desarrolla en el arrecife, éste cumple una función ambiental, ya que es parte importante en la cadena de reproducción y vida de especies de consumo humano, así como de peces de ornato. De allí la preocupación de los ambientalistas y de los prestadores de servicios náuticos.

Guadalupe de la Rosa, integrante del Movimiento Ciudadano Ecologista (MOCE) Yax Kuxtal, promotora de este primer foro, confió en que éste será el primero de varios más, en los que se logrará, nuevamente, frenar la operación del muelle de Ultramar. (NoticaribeNews)