¿Habrá en el mundo un ombudsman más ignorante que el de Quintana Roo, Harley Sosa?
Fabiola Cortés Miranda
¿Habrá
en el mundo un ombudsman más ignorante que el de Quintana Roo?. Aclaro, de
verdad, que la pregunta es sincera, no es retórica.
Desde
su elección, Harley Sosa Guillén fue un muy repudiado candidato a presidente de la Comisión
de Derechos Humanos; sin ningún trabajo en la materia, y antes al contrario, su curriculum da cuenta que ha dejado 14 años en la administración pública, y su último encargo en las filas
oficiales lo cumplió en la Secretaría de Gobierno.
Asociaciones
como el Club de los años dorados de la tercera edad y Red Positiva, en su momento, denunciaron
públicamente la imposición de Harley Sosa, quien contó con todo el empuje del
aparato gubernamental para “aparentar” que se trataba de una elección aprobada
y promovida por la sociedad y por organizaciones dedicadas a la vigilancia y
protección de los derechos humanos.
En
realidad, fue una verdadera “cargada oficial”, pues de las supuestas 39
asociaciones que apoyaron la postulación de Harley Sosa, únicamente cinco se
encontraban activas, de acuerdo a Rosa María Márquez, presidenta de Club de los
años dorados de la tercera edad, y Roberto Guzmán, presidente de Red Positiva.
Y
ya como titular de la Comisión de los Derechos Humanos de Quintana Roo, Harley
Sosa Guillén ha demostrado que no tiene ni la menor idea de qué se trata su
cargo; que está allí sólo porque no tiene la mínima vergüenza para prestar su
carita y simular que la situación de los derechos humanos se encuentra muy bien
en Quintana Roo, que no existen violaciones a los derechos fundamentales de las
personas; es más que ni quejas existen, porque para eso está la Comisión, según
Harley Sosa, para “conciliar”.
En
entrevista reciente con medios de comunicación locales, el Ombudsman habló sobre la situación
de violencia que se da en las escuelas de Quintana Roo, específicamente lo relativo al bullying; y en este punto se refirió a la sentencia emitida por la Suprema Corte de Justicia
de la Nación (SCJN) el 15 de mayo pasado, un amparo sin precedentes, histórico en el
tema, pero que Harley Sosa apenas conoce. El Ombudsman de Quintana Roo no supo ni dónde fue el caso que originó la sentencia de la SCJN, y solo medio pudo
explicar de qué se trató este trascendental caso:
“La
Suprema Corte de Justicia de la Nación sacó un resolutivo hace un mes, mes y
medio, en el que obligó a una institución privada a indemnizar con 500 mil
pesos a una familia por el caso de un menor que hasta la misma docente estaba
siendo parte del hostigamiento que sufría. Fue en el Estado de México o el
Distrito Federal. DF o el Estado de México no sé dónde fue”, dijo
chabacanamente el Ombudsman.
¿Qué
falta de seriedad, qué clase de presidente de Derechos Humanos tenemos en
Quintana Roo que desconoce la más importante sentencia de amparo que se ha
dictado en México, en materia de bullying?.
No
exagero. No es un asunto menor, es un precedente histórico, votado por unanimidad,
que cambia radicalmente la forma en que se puede enfrentar la problemática del
bullying.
Y
el Ombudsman de Quintana Roo ni siquiera
sabe dónde ocurrió el caso; ya nos podemos imaginar que Harley Sosa no ‘ha tenido
tiempo’ de leer la sentencia de amparo completa…
Harley está muy ocupado, porque el
encargo asignado, la “misión” que le dio el gobernador Roberto
Borge, es disminuir artificialmente el número de quejas recibidas por la
Comisión de Derechos Humanos de Quintana Roo; para hacer creer, en los números,
en el papel, que aquí en esta parte del sureste todo es felicidad y respeto a los derechos
fundamentales de las personas.
El
mismo Ombudsman reconoció en la entrevista, que ahora son una institución “mediadora”,
no investigadora de las posibles violaciones de los derechos humanos. Y así lo
ha hecho en el caso del bullying, él mismo dice: han sido mediadores:
“En
lo que va de este año tenemos poco más de 20 quejas (por bullying), en la gran
mayoría llegamos a una etapa de conciliación, es decir, la madre o padre de
familia, el tutor llega a la Comisión de los Derechos Humanos a presentar una
queja por un posible maltrato de una o un menor, inmediatamente intercedemos,
hablamos con la autoridad educativa, y en muchos de los casos los agresores son
cambiados de grupo o la víctima son cambiados de grupo. Entramos con el centro
de atención a víctimas a brindar capacitación, los psicólogos a brindar
terapias a todos los alumnos, alumnas; (…) pero sobre todo comprometer a las madres
y padres de familia porque el compromiso es con ellos; no es un problema de la
institución educativa, muchas veces es un reflejo de lo que sucede en casa”.
Así
fast track, el Ombudsman se lanza a conciliar, en ningún momento dice que se
avocan a investigar, a indagar si existió o no una violación a los derechos
humanos; y menos aún a emitir una recomendación. Para nada. Eso es impensable
para quien ha vivido del presupuesto desde que inició su vida laboral. Cero recomendaciones
porque Quintana Roo no es un estado donde se violen los derechos humanos…
¿Cuál
es entonces la gran virtud del ombudsman de Quintana Roo, Harley Sosa?. Pues yo
creo que su gran virtud es hacer cara de que sabe aunque no sepa nada; afirmar
lo más absurdo, como si fuera lo más acertado; fingir a la perfección que la situación
de los derechos humanos en Quintana Roo se encuentra en su mejor momento; o lo
que es lo mismo y citando a los viejos de la política: la gran virtud de Harley
Sosa es… comer mierda sin hacer gestos.
Y en el DIF de Playa del
Carmen ¿quién se robó el queso?
La
sabiduría popular logra esquivar el paso del tiempo por su exactitud, porque sus palabras son
como axiomas. Y me viene a la mente una frase que seguramente alguna
vez nos han dirigido: "No hagas cosas buenas que parezcan malas".
Resulta
que el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Playa del Carmen recibió ayer
jueves una donación consistente en 300 quesos de alrededor de 2 kilos cada uno,
y como esta institución no cuenta con un refrigerador o una cámara frigorífica
para conservarlos, "alguien", tomó la decisión de que los quesos se los "repartieran" los empleados del DIF para que, a su vez, los "repartieran", como quisieran. Dónde, a
quién o por qué, pues seguramente no lo sabremos.
Así
se resuelven las cosas en el DIF.
No
estaría mal saber quién, qué funcionario dio la orden para que los productos de
una donación se dispusieran de esta manera. Seguramente esta orden vino de alguien de la más alta jerarquía,como por ejemplo, la presidenta del DIF, Cinthya Osorio Rosas, la esposa del alcalde de Playa del Carmen, Mauricio Góngora, o mínimo, la primera dama se enteró, y si no, pues igual de grave.
Y
eso es de lo que de casualidad se entera uno… imagínese de lo que no se entera, y que también
se reparten…
¿Habrá en el mundo un ombudsman más ignorante que el de Quintana Roo, Harley Sosa?
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jueves, junio 18, 2015
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