Universidad Politécnica de Quintana Roo, parte de la “Estafa Maestra” de Rosario Robles
CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque
el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, ya la perdonó, y la calificó
de chivo expiatorio, Rosario Robles Berlanga, como titular de la Secretaría de
Desarrollo Social, cobijó una amplia red de empresas fantasma dedicadas a ordeñar
las finanzas públicas, como lo documentó el reportaje La Estafa Maestra”, al
que le han seguido investigaciones de diversos medios de comunicación.
Un trabajo de Aristegui Noticias evidenció con testigos y documentos cómo servidores
públicos de Sedesol dependencia en las que Rosario Robles estuvo al frente, y
de Sedatu, de la que es titular, simularon procesos legales para engañar a los
auditores que buscan pistas sobre las irregularidades documentadas por más de 7
mil 700 millones de pesos.
La
investigación da cuenta de cómo se fabricaron los supuestos trabajos, realizados
por las empresas fantasma, pero que en realidad no se efectuaron, sino que eran
creados exprofeso en un “bunker” para que las dependencias que eran parte del entramado
de corrupción, como la Universidad Politécnica de Quintana Roo, tuvieran como
avalar ante la Auditoría Superior de la Federación el destino que dieron a los
recursos recibidos.
LA UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE
QUINTANA ROO, “CUMPLIÓ” CON LA TAREA ASIGNADA POR LA MAESTRA ROBLES
Correos
electrónicos en poder de Aristegui Noticias comprueban que Claudia Morones,
funcionaria y persona de toda la confianza de Rosario Robles, operó la entrega
de documentación falsa entre Sedatu, la Universidad Politécnica de Quintana Roo
(UPQROO) y la de Chiapas (UPChiapas) para justificar compras públicas por 97.1
millones de pesos.
Las
auditorías forenses de la ASF señalan que en 2016 Sedatu contrató a la UPQROO
para realizar un servicio que en realidad no tenía capacidad de hacer.
La
universidad contrató a ocho proveedores para realizar el trabajo (AM Sistemas
Informáticos; Comercializadora DW Prisma; Competencia y Habilidades para el
Trabajo; Centro de Capacitación y Evaluación Peninsular; Infotecnick; Custom
Performance; Integración Documental; y Mars, Integradores en Telecomunicaciones
e Informática).
Los
auditores encontraron varias irregularidades entre esas empresas: tres no
fueron localizadas en sus domicilios fiscales, cuatro no pagaron impuestos ante
Hacienda; la representante legal de una firma era funcionaria de la
universidad, mientras que el rector de la UPQROO abrió la cuenta de la empresa
que recibió y administró el dinero.
Las
empresas Custom Performance e Integración Documental abrieron sus cuentas
bancarias en el domicilio fiscal de AM Sistemas Informáticos, “hecho que
evidencia la existencia de un vínculo entre las tres empresas proveedoras,
para intervenir en las supuestas contrataciones que llevan a cabo los entes
públicos estatales para la presunta simulación en la prestación de servicios
y que, en conjunto, recibieron un total de recursos de 38.9 millones de pesos”,
dice el reporte de la ASF.
A
su vez, cada empresa subcontrató a otras firmas para realizar los trabajos: en
un caso, una empresa subcontratada tenía como representante legal al ex rector
de la UPQROO, quien usó 6.8 millones para comprar cuatro camionetas Mazda.
La
nueva evidencia recibida por Aristegui Noticias indica que el 8 de noviembre de
2016, a las 12:37 pm, Claudia Morones envió un correo electrónico a David
Guerrero Sesma, funcionario de Sedatu, para indicarle el pago a tres empresas:
Comercializadora DW Prisma, AM Sistemas Informáticos y Competencia y
Habilidades para el Trabajo.
A
las 13:44 horas, David Guerrero Sesma envió las facturas a un funcionario de la
UPQROO con el siguiente mensaje: “Amigo te mando las empresas a las que hay que
dispersar el día de hoy, cualquier duda estoy atento”.
Las
comunicaciones entre Sedatu y UPQROO para triangular pagos no tienen
justificación, porque oficialmente la universidad se encargó de subcontratar y
pagar el dinero de manera independiente, sin intervención de funcionarios
federales.
Otra
cadena de correos electrónicos corresponde al 14 de noviembre de 2016, cuando
funcionarios del despacho Almeva enviaron el siguiente mensaje a funcionarios
de la Universidad Politécnica de Quintana Roo.
“…
como lo conversamos, te anexo la factura FA-54 de MARS, Integradores de
Telecomunicaciones e Informática para la UPQRoo sobre el proyecto de
capacitación con José Luis y Omar, así como la documentación legal de la
empresa”.
El correo incluía actas constitutivas de la empresa y copia de sus cuentas bancarias, entre otros documentos.
Un
quinto correo fechado el 15 junio de 2017 a las 11:57 horas, arroja una pista
más sobre la trama: el nombre de Enrique Prado aparece asociado al de Jesús
Guerrero Sesma, empleado de Almeva, en la revisión de contratos de la
Universidad Politécnica de Quintana Roo de 2015 y 2016.
La
comunicación enviada electrónica por Erick Javier Sánchez Herrera
(ericksahe@gmail.com) tiene como destinatarios a Claudia Morones y a David de
Jesús Guerrero (Enrique prado) Sesma (jesus.guerrero@outlook.com).
Otros
empleados de Almeva que aparecen “copiados” en estos correos electrónicos son
Rafael Mariscal Carvajal, Francisco Velázquez Flores y el propio Alejandro
Ortiz Monasterio de Noriega, dueño de la empresa que participó en esta trama.
Los
correos electrónicos demuestran las actividades concertadas entre funcionarios
federales, universitarios y empleados privados para armar expedientes y así
engañar a los auditores.
LA FÁBRICA DE “ENTREGABLES”
Los
“entregables” son un requisito que deben cumplir las empresas contratadas por
el gobierno para recibir el pago correspondiente, pero en el caso de las
compañías y asociaciones consideradas fachada o fantasma los expedientes se
armaron o fabricaron para simular obras y servicios inexistentes.
Los
documentos falsificados son la última pieza del esquema de corrupción que en
las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) equivale a
irregularidades por más de 7 mil 700 millones de pesos entre 2011 y 2017, es
decir, durante el final de la administración de Felipe Calderón y los primeros
cinco años de Enrique Peña Nieto.
El
armado de expedientes fue documentado por este medio durante la gestión de
Rosario Robles Berlanga en dos secretarías de Estado: Desarrollo Social (Sedesol) y de Desarrollo
Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Aristegui
Noticias obtuvo los correos electrónicos en los que Claudia Morones Sánchez,
funcionaria de Sedesol y Sedatu, coordinó la entrega de los expedientes para
comprobar la entrega de recursos públicos.
Una
persona que conoce toda la trama ubicó las oficinas donde se fabricaron los
expedientes. Se decidió a dar una entrevista para explicar el esquema y apuntar
a los responsables.
Además,
un funcionario universitario narró cómo fue citado a una de estas oficinas, la
cual funciona como un búnker, donde le entregaron un expediente completo para
salvar una auditoría forense.
Ambas
fuentes pidieron reservar su identidad, pues aunque se encuentran en diferentes
estados del país y tienen diferentes grados de responsabilidad, manifestaron
que tienen miedo a una reacción violenta de los funcionarios federales
involucrados.
La
investigación permite concluir que servidores públicos, al mando de Rosario
Robles, coordinaron a empresas fantasma desde la contratación, pagos, armado de
expedientes y el engaño de los auditores que buscaban pistas sobre las
irregularidades detectadas por la ASF.
Estas
revelaciones derriban la versión oficial: que las dependencias federales nunca
tuvieron contacto con las firmas subcontratadas y que no hubo una operación
centralizada para desviar dinero de los contribuyentes.
La
Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha investigado este esquema de
corrupción, pero el nuevo titular de la institución despidió a la encargada de
Auditoría Forense, Dora Muna Buchain.
Al
presentar la cuenta pública 2017, el Auditor Superior, David Colmenares Páramo,
afirmó que se ya no se permitirán “resultados mediáticos estacionales, que al
final se diluyen”. También dijo que se eliminarán “incentivos perversos en
nuestras auditorias”.
ROSARIO MANDA, ELLOS EJECUTAN
Emilio
Zebadúa, oficial mayor en Sedatu y Sedesol con Robles; su actual coordinadora
de Comunicación Social en Sedatu, Rocío Gómez Bolaños, y su Jefe de Oficina en
esa misma dependencia, Ramón Sosamontes Herreramoro son la cabeza de las
operaciones.
Los
dos últimos han trabajado con Robles desde que fue Jefa de Gobierno de la
Ciudad de México, en lugar de Cuauhtémoc Cárdenas quien buscó la Presidencia de
la República en el año 2000.
Bajo
la dirección de estos funcionarios opera Claudia Gabriela Morones Sánchez,
quien trabajó en Sedesol y Sedatu, según sus declaraciones patrimoniales.
En
marzo de 2016 Morones dejó la nómina federal, pero siguió en contacto con las
dependencias federales mediante contratos de prestación de servicios por los
conceptos de “asesoría en el pago a proveedores”, “coordinación de recursos
financieros y materiales para el aprovechamiento de los recursos disponibles”,
según el Portal de Obligaciones de Transparencia.
Morones
es una contadora pública que trabajó en la Auditoría Superior de la Federación
(ASF) entre agosto del 2008 y marzo del 2012. Se integró al equipo de Emilio
Zebadúa en la Oficialía Mayor de Sedesol a partir de 2013, indican sus
declaraciones patrimoniales.
Morones
también es comisaria de la empresa Factores y Servicios Humanos Lizpog, de la
que son accionistas Lizette Prado Ordoñez y Lizette Chávez Zaragoza.
Lizette
Prado es hermana de Enrique Prado Ordoñez, el actual director de Adquisiciones
y Contratos de Sedatu, cargo que repitió luego de ocupar el mismo puesto en
Sedesol entre 2013 y agosto del 2015.
En
la trama participa como intermediario el despacho Almeva SA de CV, propiedad de
Alejandro Ortiz Monasterio de Noriega, el cual sirve de enlace entre las
dependencias públicas y las empresas o asociaciones civiles que cobran por
trabajos y servicios inexistentes, numerosos comunicaciones electrónicas así lo
demuestran.
EL REPORTAJE COMPLETO SE PUEDE
LEER AQUÍ
Universidad Politécnica de Quintana Roo, parte de la “Estafa Maestra” de Rosario Robles
Reviewed by NoticaribeNews
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miércoles, septiembre 19, 2018
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