No es un “diablo” ni líder del Cartel del Golfo en Cancún, sólo quería comprar una plaza de agente judicial
CANCÚN, MX.- Héctor Manuel Cacique Fernández alias “el diablo”, preso, acusado de ser líder del
Cártel del Golfo en Cancún y el autor intelectual del asesinato de siete
personas en el bar La Sirenita, ocurrido el 14 de marzo del 2013, no es ni “diablo”,
ni líder del Cártel del Golfo, ni autor intelectual del múltiple homicidio, y
su único error fue querer “comprar” una plaza de agente judicial, según narró
la madre del presunto delincuente, Jazz Fernández.
En
conferencia de prensa, acompañada de sus hijas, la señora Jazz Fernández, denunció que el único error de
su hijo, Héctor Manuel Cacique, fue intentar comprar una plaza de agente
judicial, por la que el entonces director de la corporación, Arturo Olivares Mendiola,
le pidió 150 mil pesos.
“Arturo
Olivares Mendiola, que era el director de la Policía Judicial, le ofreció a mi hijo una plaza; (…) le pidió
150 mil pesos para una plaza, y le dijo que le daría facilidades, primero le
daría 75 mil; (…) con esfuerzos, con apoyo del papá, del mío, se juntó ese
dinero, se le entregó a Mendiola y le dijo que en dos meses le daría la plaza.
Él (Cacique Fernández) ya estaba trabajando allí, pero era eventual, y quería
algo seguro; a los dos, tres meses fue a ver a Mendiola y le dijo qué pasó con
la plaza, Mendiola le dijo ni plaza ni dinero, y mi hijo le dijo que hablaría
con el Procurador para decirle lo que estaba pasando, y desde allí se puso la
soga al cuello, a la semana lo detienen por ultrajes a la autoridad cuando él
estaba comiéndose un hot dog, en frente de Mandala”, contó Jazz Fernández.
La
mujer justificó la corrupción a la que se prestó su hijo y su familia con Olivares
Mendiola, actual Secretario de Seguridad Pública de Cancún, diciendo que “cualquiera
puede decir, no pues es parte de la corrupción porque dio el dinero y todo;
creo que cual más hemos dado un dinero para que nos dejen de morder los de Tránsito
o para cualquier cosa, porque desgraciadamente estamos en este México que así
es”, dijo la madre del Diablo, quien ahora exige justicia.
La
señora aseguró que su hijo trabajó como escolta con los ex presidente
municipales Julián Ricalde y Jaime Hernández, y “cuando venían presidentes,
como el de Colombia, él era escolta”. Agregó que perteneció a la Secretaría de
Seguridad de Cancún y a la Policía Judicial, además tenía una escuela de taekwondo
en Isla Mujeres y una agencia de seguridad privada; pero, a pesar de todo ello,
“el diablo” quería, al precio que fuera, una plaza de policía judicial…
Jazz
Fernández denunció que luego de su detención, su hijo fue golpeado por agentes
judiciales, y por el propio Arturo Olivares Mendiola, lo que está consignado en
el expediente, y donde un actuario dio fe de que “el quejoso presenta una
lesión en su ojo izquierdo, inflamado, y diversos moretones en antebrazo
derecho”.
Denunció
que su hijo fue “embolsado”, “tableado”, y torturado con chile habanero que
ponían en una bolsa para luego colocársela en la cara con lo que le dañaron de
forma permanente ojos y oídos: “tiene pérdida de un oído y el ojo izquierdo lo
perdió, tiene hipoxia cerebral, de tanta embolsada y tiene diabetes”; señaló la
madre del ahora apodado “diablo”, de 27 años de edad.
La
mujer destacó que la Comisión Nacional de Derechos Humanos aplicó el llamado Protocolo
de Estambul en el caso de su hijo, por lo que un doctor, un abogado y un
psicólogo estuvieron el 4 y 5 de noviembre del año pasado realizando las investigaciones y los
estudios que comprueben la tortura del joven.
Además,
aseguró que en la riña del 30 de julio pasado, ocurrida en el Centro de
Reinserción Social (Cereso) de Chetumal, la intención era matar a su hijo: “por
órdenes de las autoridades, cambiaron a nueve presos a la zona conocida como a Y,
con la consigna de matarlo, lo iban a quemar, ya tenían la gasolina. (…) Después
de la golpiza le dañaron el otro ojo, y fue el único que llegó al hospital;
Derechos Humanos fue a rescatarlo porque la consigna era matarlo”, detalló Jazz
Fernández.
La
madre de Cacique Fernández responsabilizó al secretario de Seguridad Pública de Cancún,
Arturo Olivares Mendiola, de cualquier agresión hacia su persona o su familia.
Como
se recordará Héctor Manuel Cacique Fernández salió del Cereso de Chetumal el
lunes pasado, pero afuera ya lo esperaban agentes judiciales para cumplimentar la orden de aprehensión 98/2014 girada por el Juzgado Cuarto Penal por el
delito de homicidio calificado. (NoticaribeNews)
No es un “diablo” ni líder del Cartel del Golfo en Cancún, sólo quería comprar una plaza de agente judicial
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viernes, marzo 14, 2014
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