De porqué el PRD puede perder Cancún en las próximas elecciones

OPINIÓN/Fabiola Cortés Miranda

En las próximas elecciones del 7 de julio en Quintana Roo la mayor preocupación para el PRD es si podrá conservar el municipio de Benito Juárez, donde se ubica la ciudad turística de Cancún, y el cual está en manos del Sol Azteca desde hace dos administraciones: el desastroso periodo de gobierno de Gregorio Sánchez con sus dos presidentes municipales interinos Latifa Muza y Jaime Hernández; y la actual de Julián Ricalde Magaña, que desde que el gobernador Roberto Borge asumió el cargo, en abril de 2011, se ha desgastado ante el permanente ataque de la estructura priista.

Sin embargo, el factor más importante para que el PRD pierda Cancún, podría no ser la campaña de desprestigio difundida a través de varios medios de comunicación oficialistas y afines al gobernador Roberto Borge (Enfoque Radio, Respuesta y Quequi); siempre dispuestos a mentir y difamar al Edil de Cancún, a los funcionarios de sus administración y a los precandidatos del PRD.

La poca credibilidad de estos medios de comunicación, el evidente servicio que proporcionan a su cliente principal, el Gobernador, y las burdas maniobras de éste y los priistas, difícilmente le restarán un solo voto al Partido de la Revolución Democrática. El oneroso gasto del gobierno del estado, tanto en recursos económicos como humanos, no es más que dinero y trabajo echado a la basura.

Pero lo que sí podría incidir en que el PRD pierda Cancún es el descontento al interior del propio partido por una equivocada alianza con el PAN que para muchos es incomprensible, sobre todo en los términos en la que está planteada:

50/50; porque si hubo un gran perdedor en las elecciones federales pasadas fue precisamente Acción Nacional.

No es fácil identificar dónde surgió exactamente el alejamiento entre los partidos de izquierda PRD-PT-MC, y que orillaron al Sol Azteca a aliarse con el único partido disponible: el PAN. Lo que sí está claro, es que el edil Julián Ricalde Magaña, quien controla en estos momentos el PRD en Quintana Roo, no supo sortear los golpes bajos y atajar las traiciones de los dirigentes de los otros partidos de izquierda, en buena medida, porque respondió con vileza a la vileza que recibió, olvidando que su papel debía ser el de un líder.

Peleado con los partidos de izquierda, o quizá peleado a propósito, Ricalde Magaña mal tejió  una alianza con el PAN, un partido moribundo, al que le cedió el 50 por ciento de todo; de los 10 municipios, de las regidurías, de las diputaciones; de absolutamente todo…

¿Por qué razón Julián Ricalde cedió tanto al PAN?, podría explicármelo por una razón: tuvo miedo de quedarse solo. Si el Alcalde de Cancún no cedía a las pretensiones del PAN, lo más probable es que este partido decidiera ir solo en los próximos comicios; y es que luego de tocar fondo en la elección federal, Acción Nacional ya no puede mas que esperar emerger, y lo podría hacer en solitario; pero en Quintana Roo logró amarrar una alianza que en estos momentos le da mayores posibilidades.

En cambio, el PRD de ir solo, no tendría la menor posibilidad de ganar las elecciones en Cancún porque el estado, Cancún y todos los municipios no son perredistas, sino obradoristas, y una vez que la gran figura de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, abandonó el PRD, el partido se quedó vacío, con un cascarón que se resquebraja inevitablemente.

Y es éste el otro factor, muy importante, por el cual el PRD podría no conservar Cancún en las próximas elecciones, que ya no tiene la figura de López Obrador para llenar las urnas de votos.

Al descontento de los perredistas por una inequitativa alianza, y a la falta de la figura de un líder carismático del tamaño de López Obrador, se suma la verdadera estrategia del PRI que puede contribuir a que el PRD pierda Cancún: la operación antes, durante y después de la jornada electoral, en la que el tricolor es experto.

La estrategia puesta en marcha por el PRI para recuperar la presidencia de la República, con un ostensible derroche de dinero, con el control de los órganos electorales y con la complacencia de los votantes, siempre dispuestos a vender su voto hasta por un taco, volverán a ponerse en marcha en cada uno de los 10 estados del país donde se celebrarán elecciones este año, y Quintana Roo, no será la excepción.